40

10.7K 768 225
                                    

No entiendo cómo llegamos a este punto, sin embargo, no puedo detenerme, no puedo y no quiero.
Hay algo en ella, que me esta volviendo loca...

Sentía como su lengua estaba causando estragos en mi interior, empecé a llevar un vaivén contra su boca, estaba muy cerca de estallar gloriosamente, lo sentía, mi respiración se entre cortaba, hasta que pude liberarme.

-Ahhh sí. Eres maravillosa, Sara...

-Hmm...

************

Rebecca Pov

Solo tenía claro que esto no terminaría bien, el padre de Sara estaba fulminándome y la mamá me miraba inquisitivamente.

-Buenas tardes-trate de sonar segura, aunque por dentro estuviera muriendo.

-¿Usted quién es?-Inquirió el padre.

-Es la jefa de Sarita. Rebecca Sander-Intervino Nat

-Y ¿por qué besa a mi hija en la boca? O es ¿qué así saluda a sus empleados?-preguntó su madre.

-Claro que no-respondí rápidamente -Bueno, es que yo, yo.

-Tío, lo que pasa es que a Rebe le gusta Sarita, pero está casada-respondió tranquilamente. ¡La mato!

-¿Cómo? Casada y buscando a mi hija. ¡Eso no lo toleraré!-se exaltó, aquel señor que todavía no sé el nombre, solo sé que me odia desde ya.

-Papá, cálmate. Y Nat, ya no te metas que no ayudas-hablo Sarita, tratando de apaciguar el ambiente.

-¿Cómo qué no?, si gracias a mi estas bien con mis tíos- rezongo, Nat. No entiendo a que se referirá.

-Creo que es mejor que me retire-mencione.

-Claro que no, señorita. Venga conmigo-me tomó del brazo la mamá de Sari, por cierto, es muy guapa, ahora sé de donde heredó la belleza, mi chica ojos color cielo.
Me sentó al lado de ella en el sofá.

-Explíqueme. ¿Cómo es eso, que gusta de mi hija, pero está casada?

-Pronto dejaré de estarlo, pienso divorciarme-expliqué

-La juventud de ahora, medio tienen problemas maritales, corren a divorciarse, en vez de tratar de arreglar sus problemas -criticó el padre

-Encontré a mi esposa con su amante en mi cama, no creo que tenga solución-solte

-Ay, qué pena -sentí la mano de la señora apretar la mía.
El señor carraspeo, creo que se sintió incómodo con mi confesión.

Se escuchó el timbre de la puerta. Por suerte, mi salvación.

-Debe ser la pizza-hablo Nat, y corrió a la puerta. Efectivo, eso era.

-Por cierto. Me llamo Abigail, soy la madre de Sarita y el ogro que no es tan ogro... a veces, es Jaime.

-Un gusto señora- Apreté su mano nuevamente, me gustaba su sonrisa, se parecía a la de Sari.

-El gusto es mío. Jaime...-habló en tono serio a su esposo.
Se colocó frente a mí con su cara de querer asesinarme y extendió su mano, con timidez la tome, hasta que sentí que la apretó con fuerza.

-Mucho gusto-farfulló. Soltando mi mano, la mire y estaba roja. ¡Auch!
Si no le he hecho nada... Bueno, a su hija sí, pero a él no.

-Perdónalo, es un poco celoso. Sarita es nuestra única hija y hoy hemos vivido muchas emociones.

No entendía, pero sólo asentí.

Un momento... Yo besé a su hija, y no se alteraron por eso, sino porque estoy casada, eso quiere decir... ¡ya saben la verdad!

El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu