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Qué triste es estar enamorada de alguien que ya piensa y quiere a otra... no hay como luchar, no hay como enfrentarse, solo queda resignarse.

—Tranquila, no pasa nada. Te llevo a tu casa, estas muy mal— ofrecí, me dolía verla en ese estado. Qué no daría, para poder hacerla feliz.

—Quiero a Sarita, pero ella quiere a otra, ¿por qué me castiga la vida?— sollozaba. Es algo que también quisiera entender, por qué me dejo conocer al amor de mi vida, si no iba a estar a mi lado.

—Vamos— volví a pedir

—No, quiero ver a Sara — recostó su cabeza en la mesa.

—Es un poco tarde, no puedo llamarle — expliqué, aun no era media noche, sin embargo, no podía llamarla.

—Entonces, llévame a su casa. Yo te doy la dirección — balbuceó

—Becca, como crees que te voy a llevar en ese estado hasta su casa— empezaba a exasperarme

—Llámala, entonces— lloriqueaba. Dios mío, dame paciencia.

Tomé el celular de la mesa, no me quedaba más remedio que hacerlo. Busque su número y marqué, repicó varias veces pero no era atendida.

—No contesta — mencioné

—Intenta, otra vez—Suplico, puse mis ojos en blanco e hice otro intento.
Repicaba y repicaba... hasta que escuché una voz algo agitada desde el otro lado.

—¿Rebecca?— habló. Vaya que confianza tiene.

—No. Soy Leonellys, su ex— solté, no quería ser chocante, pero los celos me ganaron.

—¿Qué quiere?— preguntó

—Estoy con Becca y quiere hablar contigo — hablé con desgana.

—Pásamela— pidió. Extendí mi brazo con el celular a Becca

Sara Pov

Después que Ale me haya dejado en casa, empecé a hacer algo de limpieza, le hacía falta al departamento, me gustaría llamar a Nat para que me ayudara, pero sería perder mi tiempo, tenerla aquí, solo ocasionaría más caos del que hay.

Al terminar, tuve que bañarme, era la única forma para quitarme los rastros de polvo, además, que debía llamar a la pizzería para ordenar.

Domingo de pizza, sí señor.

Cuando salí del baño, tocaron el timbre, pensé en mi amiga, pero ella tiene llave, imagine que debía ser el pedido, envuelta en mi toalla abrí la puerta...
No podía ser, por segunda vez, Alexa me encontraba en estas condiciones.

—Si me vas a recibir siempre así, trataré de venir todo los días— soltó, mostrando su sonrisa perfecta.

—Esperaba la pizza, abrí sin pensar — mencioné

—Pensabas recibirlo de esta manera. Me voy a poner celosa— jugueteó

—Fue por el apuro. Pasa, no te quedes en la puerta — ofrecí. Entró a la sala.

—Voy a cambiarme, si viene el pedido recíbelo por favor, el dinero está en la mesa—Volví a hablar.

—Por mí, te puedes quedar solo en toalla— coqueteo, mientras me recorría con la mirada.

—No pasará— le saque la lengua y corrí a cambiarme.

Estaba vistiéndome, primero pensé en ubicarme un vestido, pero sentí que era muy ostentoso. Opte por un camisón y por debajo solo llevaba mi ropa interior.
No es que quiera provocar a Alexa

El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)Where stories live. Discover now