44

10.5K 819 201
                                    

******************************

—¿Qué haces aquí?—Preguntó cuando vio a aquella mujer, por la cual sentía atracción pero no quería nada más con ella... o tal vez sí.

—Hola, pensé que te alegraría verme. ¿Puedo pasar?—Desde el primer momento que vio a esa rubia, no tiene a nadie más en su mente y desde aquella vez que estuvieron juntas, se le quedó impregnada en su piel.

—Es muy tarde, y hueles a alcohol. Anda a tu casa, mejor —Intentó cerrar la puerta, pero fue una acción que no pudo realizar, porque una mano la detuvo.

—¿En serio no sientes nada por mí?—Insto cuando abrió por completo la puerta y tomo entre sus brazos a la rubia, que no sabía qué hacer.

—Suéltame, o llamaré a la policía.—habló con voz desafiante.

—Por qué te estremeces cuando te tengo entre mis brazos. Sino sintieras nada por mí, esto no pasaría—afirmó, con una sonrisa en sus labios.

La rubia no pudo luchar más con sus instintos y cubrió con su boca, los labios de esa mujer que le estaba robando la seguridad y los sentimientos, que según tenía bien claros.

Sin embargo, el pasado que arrastraba la chica que conoció por casualidad no le permitía pensar en un futuro juntas, para ese asunto, ya tenía quien sí era la mujer ideal.

******************************

Sara Pov

Trataba de dormir, pero después de esa llamada ya no podía hacerlo. No sé cómo puede ser tan estúpida, parece otra Rebecca, no es la mujer que vi la primera vez, que su presencia imponía.

¿Qué han hecho contigo, Rebe?

Por qué llama a estas horas para decir idioteces, solo a ella se le puede ocurrir felicitarme por un noviazgo que no existe. Hice mal en afirmar aquella mentira, pero no razone; el coraje, la impotencia fueron más grandes.

Cómo cree que voy a aceptar a Alexa, cuando me entregue a ella, eso solo demuestra que nuestro momento no significó nada. Estoy segura de que hasta debe sentirse aliviada de imaginar que estoy con otra persona y desentenderse de mí.

Piensa mal y acertarás...

Cuando por fin amaneció, me levante automáticamente de mi cama. Debía ir a trabajar, aunque fuera lo que menos quería, pero tenía que hacerlo, porque no era más que una simple asalariada.

En el camino al baño me tropecé con mi padre.

—Ay cariño, ¿pero qué tienes?—preguntó asombrado, debió ver mis grandes ojeras y cabello desordenado

—Sueño. Buenos días —respondí con desgana, entrando al baño. Cuando pude reflejarme en el espejo entendí a mi padre, mi rostro daba pena. Me hice cargo de aquello, no hay nada que una buena ducha no pueda solucionar.

Regrese a mi habitación para vestirme, lo bueno de tener a mi madre en casa, era que me preparaba el desayuno, no debía apresurarme por despertar temprano.

Que las madres sean eternas, por favor.

Disfrutaba de mi desayuno tranquilamente, revisando mi celular por si acaso tenía algún mensaje importante, hasta que mi padre rompió el momento.

—¿Por qué no aceptaste a Alexa?—fantástica manera de estropear todo.

—No quiero hablar de eso ahora. Debo ir al trabajo—Tome mi plato y lo lleve a la cocina, suficiente había tenido anoche.

Me despedí de ellos apresurada, debía evitar que siguieran interesados en aquel tema, ayer se entrometieron mucho y no pienso permitirlo en otra ocasión.

El amor no conoce de géneros (Historia Completa En Amazon)Where stories live. Discover now