6. ¿Lo encontré?

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C A P Í T U L O  6

«Elpasado siempre te perseguirá y se estrellara contra ti en el peor de los casos»

...


Aún el día 1, sobreviviendo a la desaparición del diario.

Martes 10:21 am.

—Lo siento, señorita. Nadie dejó un libro como el que describió por aquí.

Asentí con decepción hacia la secretaria y me alejé de la recepción.

Era la quinta vez que escuchaba esas palabras y ya me había quedado sin lugares para buscar. Terminé por sentarme en las escaleras de un pasillo de Eistlen. Derrotada, agotada y asustada.

Todavía era el primer receso. Reed estaba rindiendo una evaluación psicológica obligatoria para todos los estudiantes nuevos en sus primeros días, así que yo había podido buscar sola y en paz. Sin embargo, después de una larga búsqueda en cosas perdidas y desesperadas preguntas al señor de limpieza. ¿Adivina qué? No había encontrado nada.

Apoyé la cabeza en las barandas de la escalera, exhausta. Lo que más me atormentaba era lo que pensaría la persona que lo leyera y si de pronto decidiera divulgar todas las atrocidades escritas allí. Que se enterara toda la escuela y todo Ellenville Rain en el peor de los casos.

Entonces, como si el destino decidiera apiadarse de mí, una luz iluminó mi camino. Esta bien, estoy exagerando, pero mi mirada cansada y triste se posó sobre un libro con una cubierta parecida a la de mi diario. A lo lejos, en la mano de alguien que caminaba con tranquilidad por los pasillos. Mi cabeza se enderezó lentamente contemplando las posibilidades. No, no era un libro parecido. Era el diario. Mi diario.

Me abofetee mentalmente para reaccionar. ¡El ladrón del diario estaba allí!

Me levanté de los escalones de un salto y bajé los que faltaban a toda velocidad. Corrí para ver quién era, pero a los pocos pasos me detuve perpleja.

Porque Chase tenía mi diario en sus manos.

Esto tiene que ser una broma.

Espero que no te hayas olvidado del novio de Emillie porque es un sujeto desagradable y era uno de los que más quise matar antes de abandonar mi venganza. Además de soportar palabras hirientes y agresiones de su parte, la cicatriz de mi muñeca, ocasionada por la quemadura de un cigarrillo, había sido por su culpa.

En fin, no es momento de recordar tristes historias, lo importante es que Chase cada vez se alejaba más con mi diario en su mano derecha mientras yo lo miraba desconcertada. Volví a abofetearme y por fin avancé en su dirección sin apartar la mirada del diario.

Él aún no me había visto, solo tengo que pasar por su lado, arrebatárselo y correr. Es el plan perfecto.

A mí me parece que es un asco.

Me acerqué lo más sigilosa que podía, ignorando a mi conciencia. Alargué un brazo hasta el diario y cuando lo rocé con la punta de mis dedos... Chase lo apartó y volteó en mi dirección.

—Oye qué...—empezó confuso, pero al darse cuenta de que era yo abrió sus ojos visiblemente asombrado de que me haya acercado a él voluntariamente—. Any, que sorpresa. Parece que este año nos encontraremos más seguido.

No pude hacer nada más que enviarle una mirada de disgusto por nuestra cercanía. Luego mis ojos fueron a parar automáticamente en el diario y una de mis manos intentó quitárselo, pero él lo apartó por segunda vez.

El diario de la muerte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora