Cap. 32

2.4K 250 78
                                    

— ¡Espera! Voy contigo... —Finn la alcanzo a los segundos y camino junto a ella. —Estaba por irme, pero creo que debería volver con ustedes. ¿No crees? —La joven se encogió de hombros sin tomarle importancia y el chico alzo una ceja confundido por su comportamiento. Normalmente ella sería la que intentaría formar una conversación—. ¿Y cómo estás?

—Bien.

— ¿Esta todo en orden?

—Sep. —_____ se alejó unos centímetros de él y este se percató nervioso.

— ¿Por qué te fuiste hoy así como así?

—Que te importa.

— ¿Okey? Oye, parece que no quieres hablar conmigo. ¿Te moleste con algo? —La muchacha rodo los ojos sin paciencia.

—Tú sí que eres un imbécil Finn. Deja de hablarme.

Finn freno y la tomo del brazo atrayéndola junto a él, dándole un abrazo. La joven abrió sus ojos grandes al sentirse pegada a su cuerpo y rápidamente lo empujo.

— ¿Qué demonios haces? ¿Qué rayos quieres hacer conmigo? Ya no lo soporto. ¿Por qué haces estas cosas Wolfhard? No ves que me haces daño. Déjame en paz... por favor... —La chica volteo llevando las manos a su rostro, mientras respiraba profundamente e intentaba desaparecer su sonrojo.

—Y-yo... —El muchacho se acercó otra vez haciendo que voltee y la tomo de la mano con dolor en su mirada. — ¿Quieres bailar?

— ¡¿Qué no escuchaste lo que acabo de decir?!

—La otra noche, quería bailar contigo. Pero tu amiga arruino todo.

La joven arqueo una ceja confundida. Suspiro y tomo su mano aceptando su invitación a bailar en medio de la acera junto a él. Coloco sus manos en sus hombros y el en su cintura, comenzando a mover sus pies con torpeza. Ambos empezaron a bailar mientras que una sonrisa inconsciente se apoderaba de sus labios. Pero tan pronto como empezó, la muchacha abrió los ojos y se separó retrocediendo tristemente.

—Ya deja de jugar conmigo, Finn Wolfhard. —Volvió a encaminarse hacia donde iba, pero el chico nuevamente la siguió sin rendirse.

—Yo no quería...

— ¡Basta! No digas nada. Tú si querías, siempre quisiste lastimarme. Siempre te gusto ver como sufría por ti y jamás te importo. No vengas a decirme que no es así, porque jamás te preocupaste por mí cada vez que lo hacías.

El pelinegro quedo estático al oírla, rápidamente una tristeza lo invadió dándose cuenta de que las palabras de aquella chica frente a él eran ciertas.

—Siempre fui una tonta. Cada vez que me hacías sentir mal, yo regresaba como una idiota, como un imán. Pero tú volvías a hacerlo, esos comentarios que tanto me hacen daño. ¡Pero a ti nada de eso te importa! Porque tú no eres el que sufre... tú no eres el que llora cada noche...

—_____...

—No digas nada. Se acabó Finn. Se terminó. 

Crush - Finn WolfhardWhere stories live. Discover now