Chloe Murray ha sido muchas "Cosas" alrededor de su vida y convertirse en la amante de Jake Bryant es una de ellas.
Ella sabe muy bien que siempre sera la segunda opción en la vida de Jake y que un futuro con él esta totalmente descartado,sin embarg...
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—Se supone que trabajamos de modelo.—Nos recuerda Nicole examinando los nuggets sobre el plato.
Si, la tentación pudo con nosotras
Y ahora cierta persona está arrepintiéndose de comprarlo.
—¿Es saludable que comamos esto?
—Ese es un prejuicio, Nicole y ¿Sabes que es un mito, no?.—Le dice Nath y coge un nugget al igual que una papa para untarle crema de ají y llevárselo a la boca.—Rayos.. es orgásmico.
—¿Orgásmico?.—Me rio y ella me ofrece una.
—Prueba, Chloe.
Tomo la papa y hago lo mismo que ella.
—¿No vas a comer?
Nicole resopla y unta su nugget en el ketchup, lo levanta en una señal de brindis y ridículamente Nath y yo hacemos lo mismo.
—Bueno, a romper mitos.—Pronuncia Nicole y se lleva otro nugget a la boca.
Me rio y me trago mi pedazo de nugget, la sonrisa que tengo en este pequeño momento agradable con mis amigas, se pierde cuando lo veo ingresar a la cafetería de la empresa, los ojos de Jake parecen buscar a alguien o mejor dicho, me buscan a mí y al dar conmigo tiene el cinismo de acercarse a nuestra mesa.
—Chloe, tenemos que hablar.
Mis amigas buscan respuestas en mí, peor entonces Nath le golpea el hombro a Nicole con su codo.
—Bueno, Yo y Nath nos adelantamos..—Nicole se levanta y Nath hace lo mismo.
Nicole coge el plato con la porción de papitas y nugget y lo señala.—Te guardaremos.
Sonrio.
Veo a ambas alejarse incomodas por la presencia de Jake y él toma lugar a mi lado, sus ojos las observan por un momento y enseguida regresa a mí,
Ruedo los míos y me acomodo.
—Chloe..
—¿Qué estás haciendo aquí?
—¿No te lo dijo Travis?.—Frunce el ceño con fastidio.—¿Qué tanto hablaron cuando salió de la oficina?¿No fue de eso..
—¿Qué haces aquí, Jake?.—Repito mi pregunta.
Sus ojos se sorprende por mi acctitud, carraspea y se pasa las manos por el pantalón oscuro, secando el sudor.
Sus ojos suben a los míos.—Sabes porque estoy aquí.
Mi señal para irme.
—Pues no deberías, deberías estar con tu esposa.
Desde que terminamos yo y Jake no tenemos más asuntos que tratar, ni siquiera debería estar escuchándolo, así que me pongo de pie y cuando doy un paso me retiene tomándome de la muñeca.
