Amenazas

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Unas noches antes:

Unas noches antes:

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—No..—Pronuncio apartándolo de mí y todo el alcohol en su sistema provoca que tambalee hacia atrás.—No, Jake..

—Solo quería un beso, Chloe..—Me suelta pasándose la mano por el pelo.—Haces un puto drama por nada.

—Tienes que irte ahora.—Le exijo ignorando esa repuesta.—Tienes que irte, Jake.

Me dirijo a la puerta y la abro, Jake se queda inmóvil por un instante, pero entonces vienen hacia mí y cuando creo que va a salir, me cierra la puerta.

—Travis no se va a enterar de esto, Chloe.. lo prometo.—Me insiste.—Solo dame un beso y me iré.

Intento abrir la puerta otra vez, pero me lo impide, su puño golpea con fuerza cerca de mi rostro, en la pared.

—¡Solo es un maldito beso, Chloe!

—¡No voy a besarte, Jake!

—¡¿Por qué mierda no?!

—¡Porque lo amo!

Se queda helado y mis ojos se llenan de lágrimas, pero no me detengo.

Con voz calmada, repito.—Amo a Travis..

Espero que lo entienda y así se marche, pero en lugar de eso veo como su rostro se transforma.

—Tú no puedes amarlo.

—Tienes que irte..

Intento tomar el pomo de la puerta, pero esta vez no llego ni a tocarlo, siento como me coge del cabello y segundos después mi cuerpo se encuentra en el suelo, mi cabeza se golpea contra el piso con tanta fuerza que comienzo a ver borroso y no lo veo a el primero, sino lo siento, sus manos sobre mí, tocándome por encima de la pijama.

—Tú no puedes amarlo, Chloe..

Jake, no..

El ruido de mi blusa desgarrada me pone en alerta y entro en pánico cuando sus labios se ubican en mis pechos y sus sucias manos me recorrerlos muslos, el peso de Jake me cubre y el aliento lleno de alcohol me da en la cara.

—Para... Jake.. ¡Detente..!

—Deja de forzar, Chloe, lo quieres tanto como yo..

No, por favor..

Trato de apártalo de mí, pero mi vista no me ayuda a ver, a penas mis ojos comienzan a aclararse por el golpe y mis manos resultan muy inútiles, sin embargo mientras le grito, entre mi esfuerzo y las piernas que no dejo de mover atorada en medio del pánico, logro darle un golpe en la entrepierna.

Después de eso siento todo en cámara lenta, desde que logro gatear en el suelo por mi falta de visión y Jake yace en el suelo también tratando de recomponerse por el golpe hasta que logro ponerme de pie y comienzo a correr a la habitación, no giro ni una sola vez, con el corazón acelerándose en mi pecho cruzo el arco de la puerta y cierro con toda la fuerza que me queda, pero para el eso no es nada.

Bajo las Sábanas de lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora