Oscuridad

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—Sí, lo hice

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Sí, lo hice.

Una parte de mi deseaba que fuera mentira, sin importar que el dolor terminara por acabar conmigo, hubiera preferido eso a que ella tuviera que pasar por este infierno.

Jake no tiene escrúpulos para admitirlo, me lo suelta satisfecho, regocijándose sobre mis expresiones de dolor, de mi falta de fe en ella y seguro también de haber conseguido separarnos.

No he podido protegerla y no he confiado en ella, me siento como un bastardo y un completo enfermo, con ganas de vomitar por todas las cosas horribles que hice y le solté en la cara.

—Tome lo que era mio esa noche.

—Eres un hijo de perra.

—Cuidado con lo que dices, Travis...—Las cejas de Jake se juntan.—Estas hablando de nuestra madre.

—Debería matarte.

—Sí, puedo imaginar lo que sientes, pero no creo que quieras romper el corazón de mi madre.

—Créeme, no imaginas lo que siento, si lo supieras ahora mismo estarías huyendo por esa puerta.

—Ambos sabemos que no harás nada, Travis....—Me dice convencido.

Mis manos se forman puños, si continua hablando no podre detenerme.

—Si de algo te da consuelo no lo planee, ... Iba a suicidarme esa noche y Chloe me trajo de vuelta, ya sabes cómo es, con sus palabras llenas de bondad..—Esta pensativo, como quisiera recordar lo que paso esa noche.—Entendí que al menos en su corazón yo le importaba un poco a ella y desistí.

Se acerca a mí.

—Pero entonces la mire y ella.—Hace un gesto asqueroso con los labios y no puedo evitar imaginarme toda la escena en mi mente.—Ella estaba tan magníficamente preciosa en esa pijama.. que antes de pensarlo, ya no podía detenerme.

Toda la puta escena aparece en mi cabeza, me lo imagino a el encima de ella, sus asquerosas manos tocándola y yo no puedo estar ahí para impedirlo.

—Y no me arrepiento, Hermano..—Me dice lleno de orgullo.—Debiste haberla oído.

Esas tres últimas palabras son suficientes para descolocarme.

Jake suelta una corta risa y niega con la cabeza.

"Travis.. Travis... Travis, mi amor..".—Recibo un golpe en mi pecho cuando escucho a Jake. Las lágrimas de rabia llenan mis ojos mientras el luce encantado por mi reacción.—Ella no dejaba de decir tu maldito nombre.

Una jodida lágrima se resbala por mi mejilla y Jake comienza a reír.

—Y cuanto más gritaba de dolor, más ganas me daban de penetrarla, me la ponía más dura..

No controlo mi fuerza y mi puño va directo contra su mejilla, no dejo que caiga aturdido y lo cojo de la camisa con ambas manos para golpear su cuerpo contra la pared, Jake no deja de reír y al tener su insoportable aliento contra mi cara, noto que esta ebrio.

Bajo las Sábanas de lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora