Capítulo 36

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Noticias de la demasiado emocionante clase de Defensa se esparcieron por la escuela. Poppy Pomfrey, apenas terminó de lidiar con las heridas de Harry Potter compartió su opinión sobre el estilo pedagógico de cierto maestro con Albus Dumbledore. Al final de las clases del día, el Profesor Quirrell fue llamado a la oficina del Director para un reproche suave.

—¡Lo-lo-siento, Albus! —Tartamudeo Quirrell con la cabeza agachada por la vergüenza—La-las-las cosas no salieron como lo planee. ¡Usare un m-m-maniquí la próxima clase! —.

—Muy sensible de tu parte—Accedió Dumbledore—No podemos confiarles armas filosas a niños de Primer Año, mi querido muchacho. Estoy seguro de que tenías buenas intenciones, pero ejerce mejor juicio en el futuro—.

Los estudiantes oyeron rumores salvajes sobre lo que había sucedido, y por la mayor parte supieron del asunto antes que ningún miembro del personal se enterara. Harry estaba demasiado avergonzado para quejarse por el tratamiento recibido, pero otros no tuvieron esos escrúpulos. En clase de Transfiguración, los Hufflepuff le contaron a McGonagall y a los Ravenclaw que Harry había sido lastimado en Defensa y que había sido necesario que lo llevaran a la enfermería. Los Gryffindor le dijeron a los Slytherin durante Herbología. Para cuando las noticias alcanzaron a Snape, la historia era que Harry había sido puesto bajo la maldición Imperius y apuñalado repetidamente con un cuchillo por un furioso Profesor Quirrell, y que varios estudiantes había resultados heridos durante el alboroto.

Snape fue de inmediato a la enfermería y encontró que Harry ya se había ido, y a Madame Pomfrey que había regresado recién de la oficina del Director. Su versión racional de los eventos calmaron sus miedos sobre el bienestar físico de Harry, pero su alarma de que Quirrell fuera lo suficientemente audaz de intentar arreglar un "accidente" en su clase no fue fácil de calmar. Tenía que hacerle algo, decirle algo, a Quirrell, sin dejar entrever su conocimiento del verdadero autor de la obra.

No fue hasta después de la cena que los Hufflepuff de Primer Año visitaron a su Jefa de Casa. Ella había oído más sobre el asunto durante la cena, y mandó buscar a los estudiantes, queriendo oír la historia completa desde sus propios labios. Snape quería hablar con Harry en persona, pero accedió a esperar hasta que Pomona hubiera hablado con sus Hufflepuff como grupo. Se paseo en sus habitaciones mientras llamaba a varios miembros del personal por flu para expresarles sus preocupaciones. Minerva insistió que debían presentarle un frente unido a Dumbledore y ver que Quirrell fuera despedido, o de alguna manera controlado.

Cuando al fin Harry llego a su puerta, el niño estaba hosco y avergonzado, odiando todo el alboroto que se había producido por una lesión menor, y odiando el prospecto de volver a tener que contar la historia de su derrota ignominiosa en clase una vez más.

—Él sabe que estoy tras él—Harry le dijo a Snape, removiéndose en su silla—Quizás no lo sabe todo, pero sabe que yo sé algo. ¿Sino porque trataría de lastimarme? —.

Snape le dio otra ansiosa mirada a la oreja de Harry ahora completamente sana—Es irremediablemente incompetente. Los estudiantes usan cuchillos todo el tiempo en Pociones, pero yo nunca he permitido que hagan estupideces con ellos o que los meneen por ahí. Quirrell es un idiota, pero un idiota peligroso. Recuerda eso. Hablaré con el Director sobre esto, y me aseguraré de que Quirrell te deje sólo de ahora en adelante—.

—Lo que fue realmente extraño...—Harry se detuvo, inseguro de si estaba siendo ridículo.

—Continua—

—Bueno, en realidad no fue una clase tan mala excepto por casi perder la oreja. Quiero decir, en realidad nos enseñó algo, para variar, y no tartamudeo ni una vez cuando estaba hablando—.

The Best Revenge - Arsinoe De BlassenvilleWhere stories live. Discover now