cuatro

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Mateo

—Sí querés lo podemos hacer en mí casa, yo no tengo problema—aporté, ella me miró con una ceja alzada—Sí que...

—Dale, ¿después del colegio podés?—me interrumpió haciendo que abriera un poco mis ojos al ver que no tenía problema—Si tenés cosas que hacer lo dejamos para el finde.

—No, no. Esta bien—concluí rápidamente—Te espero en la puerta de la entrada entonces.

—Dale.

El resto de la hora no hablamos más, estabamos viendo un par de videos sobre la percepción y las alucinaciones, en cada tanto me daba por mirar a Milana, la cual estaba muy concentrada en los videos y de vez en cuando apuntaba cosas en un papel. Sabía que le gustaba mucho psicología y sino mentía quería estudiar algo que tuviera que ver con aquello.

Cuando tocó el timbre, indicando que cambiaba la hora junte todas mis cosas, me tocaba cultura clásica y a Milana música, casi siempre las últimas horas eran optativas y la mayoría de veces nos separabamos.

Me giré para hacerle acordar que la esperaba en la salida pero cuando alzó la vista cargando sus libros, habló;

—Ya lo sé rayo, con que me lo digas una vez basta.

—¿Rayo?—reí un poco y me volvió a mirar—Esa es nueva Milanga.

Cambio su semblante rápidamente y se acercó a mí para darme un golpe en el pecho, causando que soltará un quejido pero que después me empezará a reír. Me encantaba hacerla enojar.

—Acordate que el trueno siempre va después del rayo—habló después de unos segundos guiñandome el ojo y dándose la vuelta para salir del aula.

—Que forra—susurré con una sonrisa bien ensanchada.

Agarré todas mis cosas para salir del aula y dirigirme a la de cultura clásica, la cual estaba en la planta baja, cerca de las otras clases de optativas.

Después de cincuenta y cinco minutos, tocó el timbre para irnos a casa y salí con cuidado ya que cada año habían más personas y los tumultos de gente que había a la salida y en el recreo eran impresionante.

Me puse a un lado para esperar a Milana, que tardó bastante en salir y estaba acompañada de Lucía al percatarse de mí mirada, le dijo un par de cosas a su amiga para después darle un beso en la mejilla y acercarse a mí.

—Que onda rayo—acotó la castaña acomodándose la mochila en el hombro.

—No empecés. Después te quejas de cuando te llamo milanesa—advertí mirándola.

No me hizo caso omiso y empezó a caminar sin esperarme, aceleré el paso para estar a su par.

—Perrito faldero—susurró, la miré y la vi sonriendo con diversión.

—Ya quisieras—acoté causando una carcajada de su parte.

—Y si me estás siguiendo y no sé dónde es tu casa Mateo—habló, miré para los costados y tenía razón.

Había agarrado para otra calle, pero era tanta la distracción que causaba en mí está chica que no me había dado cuenta que habíamos agarrado mal, sumándole que era la primera vez que me decía por mí nombre y era tan lindo verlo salir de su boca.

—A veces te odio—dije dándome la vuelta para volver a la calle principal.

—Que pena porque yo te odio constantemente.

• • •

atentos a la secuencia;

[15/3 13:10] Lauta: Uhh
[15/3 13:11] Lauta: Bueno Avisame Cuando Salgas❤
[15/3 13:11] Lauta: Te Quiero❤

es un wacho que conozco hace un mes, send balazo.

fría ; truenoWhere stories live. Discover now