3.- Empezando la rutina

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- Buenos días. Soy la Sargento Galera, voy a ser vuestro mando directo del que dependais en este edificio hasta que salgáis de aquí. Ya habéis visto el material que teníais encima de la cama. Debéis conservarlo en perfecto estado hasta el fin de curso.
Esto es una academia que os va a formar como Guardias Civiles. No es un instituto, esa etapa ya pasó. Vais a pasar los 9 meses más duros de vuestra vida, pasareis la mayor parte del tiempo encerradas sin salir del recinto, estudiando, entrenando y avanzando en el aprendizaje para salir a la calle a proteger al ciudadano incluso a riesgo de vuestra propia vida. No os lo toméis a broma, esto no es un juego. Mirad al frente y a vuestro lado, porque ahí están las personas a las que les tendréis que confiar lo más preciado.

Se os pasará lista nombrando vuestro apellido y responderemos ¡ Presente!.

Alba

La sargento Galera tenía un aspecto serio y firme, la verdad es que según hablaba, me resultaba intimidante, tenía el pelo castaño sujeto en un moño, y unas gafas finas que permitían ver su mirada profunda y seria.

Rápidamente supe que con esa mujer no valían los jueguecitos. Por momentos me preguntaba si me habría equivocado al elegir esto...

-Reche! Reche!! de repente salí de mis pensamientos y respondí con cierto retardo -Presente!

La sargento me miró con gesto serio y sólo fui capaz de mirar al frente y tragar saliva...

-Joder Alba!, Pensé, ¿ Ya empiezas a liarla?

Cuando la Sargento terminó de pasar lista, nos mandó a vestuario para ir a recoger los uniformes y nos aclaró que desde ya debíamos llevar el pelo recogido en un moño.

Nos pusimos de acuerdo y bajamos en fila por orden de las clases. -Menos mal que Julia iba en mi grupo, -pensé, un poquito más fácil para mi.

Mientras esperábamos a que nos dieran el vestuario, Julia, María, Marta y yo, hablábamos de que tallas nos darían o como nos quedarían los uniformes a la vez que nos reíamos. Era una conversación absurda, pero tampoco nos conocíamos mucho más para entablar una conversación más profunda.

La verdad es que aquellas mujeres me hacían sentir cómoda y segura. Todas menos una.

Lacunza apenas había abierto la boca pese a que estaba en nuestro grupo. Se limitaba a escuchar con gesto serio y una mirada tan profunda que podría atravesar cualquier alma.

La verdad es que la miraba a menudo de reojo y cada vez me intrigada más ese aire misterioso que desprendía.
Nos dieron el uniforme y a mi me dieron uno dos tallas más grande, a pesar de los ruegos, me lo tuve que quedar, aunque pensé que ya lo arreglaría en cuanto pudiera.
Nos los estuvimos probando en la misma sala y allí vi a Lacunza que se probaba el pantalón y la camisa y le sentaba como un guante.

-Joder como le queda a la Lacunza el uniforme- Me susurró María, al ver q la miraba hipnotizada.

Sonreí, -algunas nacen con cuerpazo de 1.80 y yo me tengo que conformar con esto- y nos echamos a reír.

Después de la vorágine del vestuario, subimos de nuevo a las habitaciones a colocarlo todo y luego nos colocaron para ir a comer al comedor.

Me tocó en la mesa con Marta. María y Julia comían con Lacunza.

-Al menos estamos juntas tu y yo le dije sonriente a Marta - y ésta, me pasó el brazo por el hombro y sonrió diciendo: 9 meses juntas!!!

En nuestra mesa había además otros 4 chicos que se presentaron: Somos Damion,Famous, Joan y Miki.
Encantadas les dijimos, será un placer compartir mesa con vosotros.

Guns&SecretsOù les histoires vivent. Découvrez maintenant