Capítulo 36

333 23 10
                                    

Alexa

Me quedo de piedra cuando Sebastian me dio un beso en el cachete. No le dije nada porque no quiero tener en mi conciencia el hecho de que suspenda este show solo por lo qué pasa entre nosotros.
Voy al asiento que me toca. Amira esta a mi lado y Sebas delante nuestro. La Banda empieza a sonar y un agente de seguridad se acerca a mi.
- Señorita, la señora Maria Adelaida la espera en el sector familiar, por favor acompáñeme, sus amigos también pueden venir.
No supe decirle que no así que simplemente seguí al personal.
- Mi linda, gracias por venir. Quería ver el concierto contigo, ya está por empezar.
Se quedó tomada de mi mano y en efecto después de tres minutos, Sebastián salió al escenario. Luces, humo, música a tono y todos los complementos de un artista. El público respondía eufóricamente a sus letras con gritos, acompañándolo en cada canción coreando todo lo que canta. Es una estrella, la única que nunca lo supo fui yo.

Después de algunas canciones y del ajetreo, llega el turno a una balada. Lo sé porque Maria Adelaida que permanece pegada a mi, me lo cuenta al oído y Amira lo confirma asintiendo porque supongo que es su momento preferido. Sebastián empieza a hablar y yo siento el corazón que se me quiere salir corriendo.
- Quiero aprovechar este momento para compartirles una canción, que ha marcado mi vida como compositor, como artista pero más aún como ser humano. Esta canción habla sobre algo que todos tenemos en común y es una pequeña cosa llamada esperanza. La esperanza de que aunque quizás no se han dado las cosas con esa persona que tanto queremos, que tanto amamos. Algún día, si van a funcionar. Esto es: como mirarte. — las lágrimas se me salen solas mientras empiezan a sonar los acordes. - "... No me salen las palabras, para expresarte que te quiero. No se como explicarte, que me haces sentir. Como si fuera el verano y el invierno no existiera, como si se para todo. Y con esa sonrisa, que cambia la vida miraste hacia aquí y ya no puedo contemplar que tu no seas la que me ama. Y como mirarte, a esos ojos que me dejan en enero, cuando se que no son míos y me muero. El destino no nos quiere ver pasar. Y como decirte, que no quiero que este amor sea pasajero, que de pronto se de un día y yo te espero. El destino no nos tiene que importar..." esto es para ti — me señala y me mira fijamente, se que por las luces y por donde estoy ubicada nadie ve que me está apuntando con el dedo. Pero yo lo veo a la perfección.
Lo único que siento ahora,son unas ganas inmensas de llorar. Me reprimo y no lo hago. No es momento ni lugar. Nadie me puede ver así porque van a hacer preguntas. Por encima de lo que Sebastian haya hecho conmigo, es entre el y yo. No voy a andar esparciendo por todos lados los detalles, el motivo por el que estamos así. Ya se que soy muy tonta, no me sale ser de otra manera. Lo cuido.
Alguien de técnica le pone a Sebastián una guitarra azul, que cuelga por su cuello.
- Juiciosa mi niña, se viene el estreno de la canción — me dice Maria Adelaida y me toma nuevamente de la mano.
Mi mirada se cruza con la de Sebas y me tira un beso al aire. Se acomoda para hablar con el público.
- Bogota ¿cuántos de ustedes alguna vez se han enamorado? Yo creo que ustedes se han enamorado mas de una vez. ¿Cuántos de ustedes alguna vez han conocido a una persona que haga que todas las personas del mundo parezcan invisibles? — el público no para de gritar y vitorear —Pues les cuento que a mi me pasa entonces decidí escribirle una canción y esa canción dice así...
Sebas hace sonar su guitarra en una melada tan cálida que llena el lugar. En simultáneo, se empieza a ver en pantalla un videoclip. Al ver esos paisajes, ese bosque, esa montaña. Reconozco mi hogar. Ese es mi lugar, mi fin del mundo. Nuestro lugar. A eso fue Sebastian a Calafate. A grabar esa canción repleta de mentiras. Quiere hacerme creer que es para mi ¿es en serio? Ya la había escrito antes. Sabrá Dios para que boba. Para otro como yo, que engaño por ahí y lo quiere arreglar con canciones. Conmigo se equivocó. No quiero más todo esto. Basta de circo.
- Maria, disculpe pero me tengo que ir. — me suelto de la mano de la mamá de Sebas.
- ¿Como así linda? ¿No vas a ver todo el concierto? — no se que hacer ni que decir para que esta hermosa mujer no se desilusione del mentiroso de su hijo. Entonces recuerdo el juego de llaves y se lo enseño.
- Voy a esperar a Sebastián, yo estoy cansada, esto está por terminar y no quiero quedar atrapada entre las personas.
- En la buena mijita entonces. Vaya para la casa y se me cuida. Bendición mi niña. Ahí tiene mi número márqueme para lo que necesite, si o que.
- Se lo prometo, buenas noches. — le doy un beso y me alejo. Amira no me presta no atención así que después le mando un mensaje con cualquier explicación.
Mientras voy a saliendo del lugar escucho a Sebas cantar.
- "... voy a cuidarte por las noches, voy a amarte, sin reproches. Te voy a extrañar en la soledad y aunque existan mil razones para renunciar, no hay nadie más..."
Siento rabia con el, con la situación, con el destino que nos juega esta mala pasada. Pero no, la culpa es de él. Nadie lo presionó para que me mintiera, fue una decisión propia y necesito saber el motivo.
Tengo palabra y la voy a cumplir.
Freno un taxi y le doy la dirección del departamento de Sebastián. Lo voy a explicar y voy a poder decirle todo lo que me contuve en el camarín del concierto.

Mi fin del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora