CAPÍTULO IX

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(Mis queridos, la canción que encontraréis al comienzo es la que utilicé para escribir esta parte del capitulo. Es de mis Soundtrack favoritos y creo que os acompañará de maravilla la lectura, recomiendo que la coloquéis cuando Jacob emprenda su marcha hacia el bosque)

ojalá os guste

CAPÍTULO IX

(Parte II)

Sus patas raspaban la tierra con una velocidad que hacía que todo lo que estaba a su espalda se viese borroso. Su aliento se había hecho pesado y sus ojos centelleaban en profundo color rojizo, muestra de que su lobo estaba al mando. Hacía un tiempo que Sam y el viejo Atara se habían ido. El silencio sepulcral que reinó tras la llegada de los miembros le hizo saber que nadie hablaría de lo ocurrido a no ser que él interviniera. Su lobo crispó la crin. Dándole una miraba profunda a Sam cambió a su forma humana. Pese a su desnudes, no se sentía cohibido o inseguro, una seguridad permeada por la ira lo acorzó. No había bajado la mirada ante Sam desde que entró en fase por primera vez e inocentemente creyó todo lo que este decía, no lo haría ahora que sabía todas las cosas que se le ocultaban. –– Su lobo siendo más astuto que él desde el comienzo––. Sam aceptó el reto. Trató de imponerse su aura sobre Jake, sin éxito, dando un resoplido de advertencia se acercó al menor, su voz un susurro amenazador.


––Me aceptaste como tu alfa el día que cambiaste, a no ser que quieras cambiar eso, apártate.


La mirada de Jacob no titubeo, su posición no se doblegó. El golpe en su espalda baja le desequilibró. Con un gruñido seco Jacob se alejó un paso, no bajó su mirada, ese era un gusto que no le daría. Sam se alejó sin mediar palabra y en un parpadeo la camioneta ya salía del porche.


––Se paciente y astuto, Jake. Ellos llevan la delantera


Sabía que su padre tenía razón, todo lo que había hecho Sam era para sacarlo de la ecuación, un paso en falso y estaría cubierto en polvo. Sin embargo, no pudo evitar sentir que su padre también le había dejado de lado. No había mencionado nada tampoco, le trató como si fuese ajeno al tema, a las implicaciones que conllevaba los asesinatos. Sus manos se apretaron en puños pálidos. Era un estúpido. No se había cuestionado nada, simplemente tragó entero lo que le decían. Ahora lo sabía. Su lobo aún crispado liberó un gruñido.


––Sé que no es fácil digerir la verdad y que hay mucho que se tiene que explicar––. La voz de la Sra. Sue emitida a su costado.


El gruñido de Jake no era el mismo que daba Seth cuando se enojaba, la marca de poder era notoria, a diferencia del de su hijo sintió la necesidad de alejarse un paso, sin embargo, en lugar de hacerlo se acercó cautelosa. –– Pero, no ganarás nada si te enfrentas simplemente con él. Es una realidad innegable que él es tu alfa y, a no ser que lo quieras cambiar los roles, le debes lealtad. –– un suspiró quedo dejó sus labios, estaba tan cerca que sentía el calor dejar el cuerpo del menor. ––El consejo de la tribu se reunirá dentro de tres días, piensa muy detenidamente en los pasos que darás, Jake. Hay más en juego de lo que se ve. ––No fue la cálida mano de la señora Clearwater la que le hizo encontrar su mirada, esa frase, era la segunda vez que la escuchaba. Sam la había usado con él ya hace un tiempo. Su cuerpo se estremeció, la temperatura de su cuerpo le abrasaba desde dentro.


Sintiéndose apaleado asintió de manera queda a lo mujer mayor. Aclararía su mente antes de tomar una decisión frente a su posición y la de Sam. Sabía que del consejo no obtendría nada, si no fuera así, Billy le habría dicho esto en cuanto pasó. Con el cuerpo tenso giró sobre su torso y enfrentó la mirada de su padre. Su rostro una mascara de ira contenida. Pero, no podría culpar solo al viejo, él era parte de la tribu desde que nació, debió explorar un poco más lo que significa ser parte de la reserva. Claro que como iba a saber que lobos gigantes y vampiros custodiaban los alrededores y que de vez en cuando una persona sería asesinada cerca de su territorio. Esa idea le llevó a un nuevo planteamiento ¿de no haber sufrido el cambio, él no sabría de la existencia de los were?. Su respiración se saturó. Billy le había contado historias para dormir, sobre el nacimiento del Clan Quileute, Sí, pero, nada parecía tan real hasta que empezó a correr con la manada. Eran solo cuentos fantasiosos, o eso pensaba. Su entrecejo se frunció ante la concepción de vivir ajeno a lo que le rodeaba. Un nuevo gruñido cubrió el silencio que le rodeaba. Esta vez la señora Sue se alejó temerosa.

Début à la fin (Jacob x Edward)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora