Capítulo 9

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Se acercaba la fecha del primer partido de quidditch: Gryffindor contra Slytherin.

Eijirou estaba cada día más nervioso, y sus amigos se estresaban cada vez que les contaba que se iba a equivocar y que Gryffindor perdería la copa por su culpa. Un día que empezó a decirlo Bakugo le amenazó con su varita alegando que había aprendido a explotar cosas y que lo probaría con él primero.

Desde ese día, cada vez que iban a sacar el tema del partido, Bakugo sacaba su varita y se callaban, consiguiendo que Eijirou dejase de preocuparse tanto por el tema.

En una hora libre que tenían por la tarde dos días antes del sábado del partido, se encontraban caminando por los pasillos de Hogwarts hablando de idioteces.

Pero escucharon una voz que venía de un aula. Se asomaron por la puerta y vieron a Aizawa caminar cojeando hasta su silla, donde se remangó la pernera del pantalón y se descubrió una herida, como si se la hubiesen hecho una garras gigantes.

-Esa cosa maldita... ¿Cómo puede uno vigilar a tres cabezas al mismo tiempo?

Se quedaron mudos por lo que acababa de decir. Iban a dar la vuelta, pero Aizawa vio el cabello rojo de Kirishima quitarse de la ventana.

-¡KIRISHIMA!

El chico se asustó y dio un respingo. Aizawa fue hacia la puerta para abrirla, pero allí no había nadie. Cerró de un portazo y no advirtió cómo los cuatro chicos daban la vuelta a la esquina salvándose de que su casa perdiese más puntos.

Subieron corriendo la escalera. Entraron en la sala común y arrastraron con ellos a Shoto y Mina que se encontraban allí también. Una vez estaban en los sillones sentados, Eijirou les contó lo que habían visto

-¿Sabéis lo que quiere decir? ¡Que trató de pasar por donde estaba el perro de tres cabezas, en Halloween! ¡Iba a buscar lo que sea que tengan guardado allí! ¡Seguro que fue él quien dejó entrar al monstruo, para distraer la atención!-dijo Shoto muy alterado.

-No, no puede ser -dijo Mina-. Sé que no es muy bueno, pero no iba a tratar de robar algo que Toshinori está custodiando.

-Yo estoy con Shoto. Creo que Aizawa es capaz de cualquier cosa. Pero ¿qué busca? ¿Qué es lo que guarda el perro?-Le apoyó Eijirou.

-No se, pero sea lo que sea, es importante y lo más seguro, peligroso.-advirtió Sero.

La mañana siguiente amaneció muy brillante y fría. Era el día perfecto para un partido de quidditch. Eijirou sintió que no podía ni comer, y cuando se sentó en la mesa, no pudo probar bocado.

-Tienes que comer algo para el desayuno.-Le aconsejó Bakugo.

-No quiero nada.

-Aunque sea un pedazo de tostada.

-No tengo hambre.

Eijirou sentía que en cualquier momento se marearía o vomitaría.

-Eiji, necesitas fuerza -dijo Mina-. Los únicos que acaban el partido son los buscadores.

-Gracias, Mina-respondió Eijirou.

A las once de la mañana, todo el colegio parecía estar reunido alrededor del campo de quidditch. Sus amigos se pusieron con Mina, Sato y Koji en la grada más alta. Lo que Eijirou no sabía era que habían pedido a Tetsu que cogiese una sábana del cuarto en el que dormían los chicos que molestaron a Denki, y la pintaron con la frase «Ánimo Eiji, eres el mejor». Shoto había dibujado un león y Sero hizo que volase un poco por encima de sus cabezas.

En los vestuarios, Nejire se aclaró la garganta para pedir silencio una vez todos tenían el uniforme puesto.

-Bueno, chicos -dijo.-Éste es el mejor equipo que Gryffindor ha tenido en muchos años. Y vamos a ganar. Buena suerte a todos.

Eijirou Kirishima y la Piedra FilosofalWhere stories live. Discover now