Capítulo 14

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-¡Usted!

Bubaigawara sonrió. No parecía el mismo de siempre.

-Pero yo pensé... Aizawa...

-Sí, fue muy útil que encajase en el papel. Al lado de él, ¿quién iba a sospechar del po-pobre tar-tamudo p-profesor Bubaigawara?

-¡Pero Aizawa trató de matarme!

-No, yo traté de matarte. Por desgracia rompí el contacto visual al incendiarse su capa y se frustró mi plan. Lo habría conseguido inmediatamente si Aizawa no hubiese estado murmurando su estúpido contrahechizo.

-¿Trataba de salvarme?

-Claro que sí. Y encima tú te volviste molesto también desde Halloween.

-¿Usted fue el que dejó entrar al trol?

-Por supuesto. Desgraciadamente, cuando todos iban a las mazmorras, Aizawa fue directamente al tercer piso. Desde entonces dejó de confiar en mí. Ahora, observa el espejo. 

Se giró hacia el espejo de Oesed, que se encontraba detrás suya. Al dejar de mirarlo, a Eijirou le comenzó a doler la cicatriz. Sentía que le ardía, mucho más que las otras veces.

-Veo lo que deseo... me veo sosteniendo la Piedra... Pero no sé cómo conseguirla.

Una voz lúgubre se escuchó por toda la sala, asustando a Eijirou.

-Utiliza al chico... 

-Sí... Kirishima ven aquí.

El chico estaba aterrorizado y no podía reaccionar. Pero no tenía otra opción. Caminó lentamente y Bubaigawara lo agarró del brazo para situarlo frente al espejo.

-Mira en el espejo y dime lo que ves.

Eijirou sentía mucho miedo. Rezaba porque sus amigos hubiesen podido avisar a alguien que le ayudase, a cualquier profesor o alumno mayor. Inspiró hondo y miró su reflejo. Él le sonrió. Puso la mano en el bolsillo y sacó una piedra de color rubí. Le guiñó un ojo y volvió a guardar la Piedra en el bolsillo. Eijirou tocó el lugar donde supuestamente estaba la piedra y mágicamente allí estaba.

-¿Bien? ¿Qué es lo que ves?

Eijirou sabía que tenía que mentirle o se haría con la piedra, y entonces todo estaría perdido.

-Me veo con Toshinori... He ganado la copa de la casa.

Pero la voz le delató, gritando muy fuerte y con un tono de voz desesperado.

-Él miente... Déjame hablar con él... cara a cara...

-Maestro, no está lo bastante fuerte todavía.

-Tengo fuerza suficiente para esto.

Bubaigawara empezó a desenvolver su turbante. Cuando terminó de quitárselo, se dio la vuelta lentamente. Donde debería estar la nuca había un rostro desfigurado. La boca la tenía reseca y sus ojos eran achinados. Parecía no tener nariz, sino dos líneas verticales que eran casi imperceptibles.

-Eijirou Kirishima... Nos volvemos a encontrar. ¿Ves en lo que me he convertido? La sangre de unicornio me ha dado fuerza últimamente, pero no es suficiente; y una vez que tenga el Elixir de la Vida podré desprenderme de este cuerpo. Ahora... ¿por qué no me entregas la Piedra que tienes en el bolsillo?

Eijirou se aterrorizó aún más. No tenía nada que hacer contra un mago experimentado. Él sólo tenía once años y ni siquiera podía reaccionar por todo el miedo que sentía. All For One sabía dónde estaba la Piedra, y ya no podía ocultarlo más.

Eijirou Kirishima y la Piedra FilosofalWo Geschichten leben. Entdecke jetzt