Capitulo 28

416 18 0
                                    

Había pasado tres horas desde que conducía por aquella autopista, no sabía a dónde iba. Estaba totalmente perdida, su cabeza daba vueltas, y tenía lágrimas cayendo por su mejilla. Su maquillaje se corría cuando caía cada una de estas. Vio una estación de servicio, y fue a parar en esta, tenía solo un número al cual llamar pero, no quería hacerlo. Eran la una de la mañana de un sábado por la noche, Marc estaría de fiesta o follando por ahí con Sandy o cualquier otra zorra… Necesitaba saber dónde encontrar un hotel, y quedarse ahí por un tiempo. 

Sacó su celular, y buscó en sus contactos el número para llamarlo. Sonó una vez, dos, y cortó. No iba a hacerlo. 

A los minutos, alguien le estaba llamando… Era el mismísimo Marc Márquez al teléfono, dejó pasar uno, dos, tres tonos, y decidió contestar. Intentó que su voz sonará lo más normal posible pero, estaba rota, quebrada, hacía solo unas tres horas y media se enteró de que las personas que siempre son importante te fallan, no se podía confiar en la gente porque todo era una gran mierda, su vida era una gran mierda, y siempre sería así. Estaba destinado a ser así, las cosas no cambian, y la suerte de Rosario tampoco lo haría. 

— ¿Rosario? —Preguntó la voz de Marc, parecía dormido. 

Ella hizo un ruido a través del teléfono, y lo alejó de su oído. No podía hablar, estaba ahogada entre sus lágrimas, y su nudo de garganta. 

—Rosario, ¿estás bien? 

—No. —Logró susurrar. 

—Bien, ¿Dónde estás? 

Cuando le había dicho donde se encontraba, cortó el teléfono y se recostó en el asiento en el que se encontraba, hacía frío, y la calefacción no andaba.

Mierda.

Nada le salía bien. 

Cogió la cazadora de su mochila, y se colocó, con la manga de esta limpió el ojo derecho, y luego el izquierda. Tenía unas grandes ojeras, y al entender que era lo que estaba pasando en su vida, sintió una gran necesidad en su interior de tomar una navaja y pasársela por sus brazos, viendo la sangre correr hacia todos los lados.

—Mi vida es una mierda. 

Tenía unas uñas que eran lo bastante largas y filosas, por lo que empezó a acariciarse la muñeca hasta que esta quedó roja y con algunos rasguños. Odiaba esto. Odiaba su vida. Odiaba ser ella. Odiaba no tener a nadie. 

Marc abrió la puerta del auto de Rosario como a las tres de la mañana, había tardado dos horas en ir hacia ella, pasando por alto muchos semáforos, quería estar con ella. No sabía que le había pasado, pero no iba a presionarla. Quería que ella tuviera el valor, y la confianza suficiente para contarle que era lo que pasaba. Le tocó el brazo, y la despertó. Cuando ella le vio, salió del mismo, y se acurrucó en su campera. Le vio a los ojos, él también tenía ojeras pero solo por haberse levantado a la madrugada para ir a buscarla. Marc capaz no sabía lo que estaba haciendo por ella, pero Rosario sí, sus ojos volvieron a arder, y las lágrimas comenzaron a caer, el chico rodeó sus brazos alrededor de ella, y la castaña dejó su cabeza en su pecho, llorando como si hubiera perdido todo, aunque, realmente había perdido todo.

Let Me Die|Adaptada|Marc Márquez (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora