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Tu no eras como las otras chicas, de eso estaba seguro.

León te había visto en repetidas ocasiones, siempre con ese semblante profesional que te caracterizaba, concentrada en lo que sea que estuvieran hablando en ese momento y siempre acompañada de Chris Redfield.

Hasta llego a pensar que había algo entre tú y el capitán de la BSAA y si no hubiera sido por que Claire le dejo claro en ese momento que todo estaba en su cabeza, León se habría dado por vencido. Pero esa noche logro platicar contigo unos minutos, minutos que le resultaron bastante placenteros. Por lo que sabia eras menor que el unos seis o siete años, soltera y sin hijos. Algo bastante raro para una mujer común, pero no para alguien de la BSAA. Estaba enterado de tus sorprendentes habilidades en tu campo de trabajo, de tu facilidad para hackear cualquier sistema informático y tu increíble valentía. Sin embargo, él quería saber mas que eso, quería que tu personalmente le contaras un par de secretos y si todo salía bien quizá podrían terminar compartiendo la misma cama. Tal vez eso ya era pedir demasiado, no parecías muy cómoda con su presencia y en definitiva tampoco te veías interesada en coquetear con él, mas bien te notaba algo apresurada por dejar de ser el centro de atención y vaya que lo eras, cada hombre estaba volteando a verte incluyéndose el mismo. El revelador escote estaba complicando las cosas para él y empezaba a creer que en cualquier momento podía terminar diciendo una tontería provocada por el alboroto de sus hormonas. Ya no era un adolescente, pero tú, tu eras increíblemente seductora sin siquiera intentarlo, incluso Leon sabia que ese comentario que hiciste sobre su rostro no fue del todo intencional, solo unas cuantas palabras mal acomodadas que podían dar a entender otra cosa, se habría entusiasmado un poco si no fuera por que en realidad, te conocía lo suficiente para saber que no lo estabas alagando y vaya que eso lo decepcionaba bastante. El quería que solo por una vez, lo miraras de manera diferente, con interés y deseo.

Para Leon aquel lunes había sido un día muy largo en el trabajo, se la paso asistiendo a reuniones acompañando al Presidente, reuniones tediosas sobre temas que no podían interesarle menos. Era su trabajo, sí, pero prefería estar combatiendo alguna amenaza biológica antes de ir a ese tipo de eventos. Quería ir por un trago antes de volver a casa, pero termino pasando por alto la idea. Ya había bebido suficiente la noche anterior después de que te fuiste y no quería lidiar con la resaca al día siguiente, no cuando ni siquiera estaba a mitad de semana.

Subió al Jeep negro que conducía actualmente, siempre había sido fan de ese tipo de vehículos y no pensaba renunciar a ese favoritismo solo por que fuera uno de los agentes mejor pagados. Encendió la radio en su estación favorita de rock y dejo que la música lo acompañara en su viaje. Le tomo cinco minutos mas que de costumbre llegar al edificio donde se encontraba su departamento. El trafico era insoportable, una absoluta pesadilla y se habría muerto de desesperación si la dulce Cloe no lo hubiera llamado. Ella era una mujer con un trabajo normal con la que platicó en la mueblería donde adquirió un sofá tres meses atrás, parecía paciente y muy responsable, pero Leon no sentía la necesidad de llamarle para saber como estaba. En realidad no sentía esa necesidad prácticamente por nadie. Quizás excepto por Ada, aunque eso ya era parte del pasado. Ahora mantenía su enfoque en el trabajo, en divertirse con una agradable compañía  y en evitar a toda costa los compromisos, a menos que se tratara de ti. Oh como le encantaría escuchar unas cuantas insinuaciones salir de tu boca, robarte un beso e invitarte a su departamento.

Tal vez estaba fantaseando demasiado, se dijo a si mismo mientras tomaba el elevador, no había manera que tu estuvieras interesada en él. Le habías devuelto la chaqueta por mensajería ¿que carajos significaba eso? Que no tenias interés en él, por supuesto.

No, tu no eras como las otras chicas, por eso se sorprendió cuando te encontró en la puerta de su departamento, dudando si deberías o no tocar la puerta.

Leon S. Kennedy y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora