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-¿Dormiste bien?- es lo primero que te pregunta Leon cuando abres los ojos a la mañana siguiente, tiene las piernas y el abdomen descubiertos, el cabello despeinado hacia atrás dejando su frente despejada. Tu por otra parte estas cubierta con la sabana hasta la parte superior de los pechos

-Si- respondes un poco aturdida, estabas teniendo un mal sueño, pero afortunadamente ya había acabado -¿y tu dormiste bien?- preguntaste acomodando la almohada, Leon asintió con una pequeña sonrisa -no pensé que fueras de los que se quedaban hasta la mañana siguiente-

-No acostumbro hacerlo- admitió al cabo de unos segundos -espero no te moleste-

-Hay mucho espacio en esta cama para ti y no me molesta compartirla contigo- una risa suave se escapa de tus labios, Leon parece agradecido por tu reacción y te sientes mas cómoda de poder hablar con él sin la fachada de mujer dura que te gusta tener siempre. Sabes de los problemas que esto puede ocasionarte en tu trabajo, has escuchado bastante sobre la reputación de Leon, pero no piensas victimizarte, esto es algo que tu querías tanto como él y piensas disfrutarlo mientras dure.

-¿Quieres desayunar?- pregunta Leon mirándote con esos ojos azules llenos de determinación  y deseo

-Tengo que ir a trabajar Leon, voy a comprar algo fuera y mas tarde tendré que escabullirme para comérmelo-

-Es una lastima, tal vez podamos ir otro día-

-Por supuesto- contestas al ponerte  de pie, sintiendo la mirada de Leon sobre tu cuerpo desnudo mientras caminas hacia la ducha, estas a punto de encender la regadera cuando un pensamiento travieso cruza por tu mente, te asomas por la puerta y le preguntas a Leon -¿quieres bañarte conmigo?- el sonríe  y asiente caminando inmediatamente hacia ti.

No estabas segura de por que tantas miradas curiosas te observaban al entrar en la BSAA, no había nada absolutamente interesante en tu persona aquel día, excepto quizá por el perfume que estabas usando. De igual modo no tenia lógica, no cuando algunas personas se encontraban a diez o quince metros de distancia y entonces Chris Redfield apareció ante ti, con el semblante serio y preocupado

-Tenemos que irnos- te dijo, una orden simple y clara

-¿Al menos puedo preguntar a donde?-

-Si puedes, pero me temo que no podre contestarte si esperamos mas tiempo, es una situación urgente al otro lado del Atlántico- asentiste, sin tener mucha opción.

Las sorpresas eran parte de tu trabajo, a veces no las había en largos periodos de tiempo y otras veces el personal de la BSAA simplemente no  era suficiente.

Los dos  subieron al helicóptero acompañados de tres mercenarios más pertenecientes a otra organización.

El rostro de Jill Valentine apareció  en la pantalla para explicarles a dónde  se dirigían y exactamente a que se estarían  enfrentando

-Lamento mucho no poder  acompañarlos- se disculpo Jill antes de finalizar la llamada

-¿Descansaste un poco anoche?-  pregunto tu capitán al cabo  de unos minutos. Después de la llamada con Jill Chris había estado platicando con el piloto del helicóptero y ahora se encontraba sentado a tu lado

-Un poco, si, tal vez no lo suficiente- admitiste. Tu capitán sonrió con complicidad sin atreverse a preguntar nada mas, no quería meterse en asuntos que no le correspondían.

Aterrizaron en el helipuerto, en un sitio completamente desconocido, solo los teléfonos satelitales tenían señal. Una llamada entrante apareció en la pantalla, la imagen de Jill te reconforto un poco, estaba mas tranquila desde la ultima vez

-Les eh enviado las coordenadas, sean sigilosos, estaré supervisando su ubicación por si necesitan refuerzos-

-Esperemos que no haga falta Valentine-contesto Chris. La llamada finalizo, la mirada severa de tu capitán se poso sobre ti

-¿Puedes entrar al sistema?- te pregunto

-Puedo y lo hare- contestaste con un toque de humor, no podían  tomarse las cosas tan enserio, al menos no cuando acababan de llegar, era una misión  no autorizada por el gobierno de Estados Unidos así que debían ser bastante discretos o se meterían en problemas. Ingresas códigos, tecleando tan pronto como te fue posible, accediste a tus programas especializados para el hackeo de sistemas informáticos y finalmente accediste al sistema. 

Descargaste los planos de las instalaciones, ahora ya podían moverse con mas facilidad.

Un minuto después la seguridad del sitio los rodeo, apuntándolos con sus armas. Al menos veinte custodios dispuestos a aniquilarlos si se atrevían a hacer un movimiento en falso. Era justo como lo había  previsto Chris y aun así no dejaba de ser intimidante.
Los trasladaron a una sala en la planta baja, ahí ya se encontraba el piloto del helicóptero, parecía una oficina de alguien importante y entonces apareció el magnate en cuestión, un hombre de dudosa reputación que ya les había causado problemas en el pasado. William Osborn fundador de una empresa farmacéutica a la que se le había acusado antes de atentar contra la salud y causar riesgos biológicos.

-Qué grata sorpresa- comento con sarcasmo -tener a la BSAA en mis instalaciones sin previo aviso-

-Hemos enviado un memo- advirtió  Chris

-Si- reconoció Osborn -hace menos de dos minutos-rodeo su escritorio y se acerco a ti -voy a necesitar ese disco duro que tienes en tus manos preciosa- dijo mirándote  a los ojos, sonreíste provocándolo un poco y escuchaste como una puerta se abría a la derecha -solo quiero saber si será por las buenas o por las malas- entonces viste a una mujer vestida de rojo, habías escuchado unas cuantas cosas de ella, cabello corto y oscuro, mirada intimidante y manipuladora.

Sabias su nombre.

Ada Wong.

Leon S. Kennedy y TuWhere stories live. Discover now