37

14.1K 1.3K 170
                                    

Por más que quiera golpearlo con un sartén en la cara, Kwan  en estos instantes es la persona que me da más "seguridad" dentro de este círculo de amigos al cuál me ha traído.

Admiro el centro del círculo en dónde hacemos parte, allí se encuentran varios vasos de plástico y tres pelotitas de ping-pong, a no ser de ese detalle, realmente hubiera creído que me estaban infiltrando cómo ofrenda a algún tipo de secta satánica en dónde se cometería un sacrificio.

—No me da seguridad no saber que vamos a hacer, así que dame un contexto de que traman —le susurró con cautela luego de haber intentado adivinar de qué trata el tema con todos esos vasos y las pelotitas.

—Relájate, tampoco es que vayamos a tramar algo así como un asalto a un banco, ¿nunca has ido de fiesta?

—Osea sí, pero no a una clandestina cómo está...

—A qué tipo de fiestas acudes pequitas.

—A fiestas que disfruto porque voy con mis amigos —en dónde sé dónde me encuentro y no estoy contigo pedazo de adefesio humano.

—Pues yo ahora soy tu amigo, así que cálmate que parece que vas a entrar en colapso nervioso y disfruta —da cortas palmadas en mi hombro sonriendo— ¿Bueno, sabes de qué va esto? —señala el centro.

—Por algo te pregunte antes, genio —con obviedad alargó la voz.

Pero enseguida me distraigo al ver que una chica de pelo verde menta lanza una pelota con precisión para que caiga en el centro del gran círculo, aterrizando así, justamente dentro de uno de los vasos.

No tarda en recibir gritos de ánimo y apoyo de parte del resto, haciendo que ella con ánimo coja su determinado vaso en donde ha caído la pelota y lo beba en tan solo un trago.

—¿Ves esos vasos? bueno no creo que además de sorda seas tan ciega —ruedo los ojos ignorando su comentario, limitándome a asentir para que continúe—. El juego es simple; Solo tienes que intentar meter una pelota dentro de alguno de los vasos y beber el cual has logrado acertar.

—¿Y si no cae en ninguno?

—No es común que pase eso hasta finales del juego, en donde van quedando menos opciones para acertar, pero si no cae simplemente te toca recibir un reto.

—Esto es una estupidez —río con sarcasmo mirando al techo con cansancio— acaso darán como reto grafitear algo en alguna de las paredes —lo desafío poniendo a prueba su juego.

—Créeme, aquí no se juega como tú crees —aguarda el misterio sonriendo para desviar la mirada y coger una pelotita que le lanzan desde el otro extremo—, si me disculpas es mi turno para beber.

En un hábil lanzamiento, logra insertar la pelota tomando el vaso y bebiendo de este en un instante, este chico no le teme al ardor que provoca el alcohol al absorber el líquido como si fuese un simple vaso de agua.

Se limpia lo sobrante que le quedó en los labios y me mira para luego entregarme la pelotita con una mueca socarrona.

—Si no logras acertar la pelota, me temo que recibirás mis burlas por el resto de tu vida —su sonrisa siniestra vuelve a su rostro apenas termina aquella frase.

Al analizarlo de manera superficial; podría decir fácilmente que Kwan  es el típico chico que se niega a seguir reglas y órdenes independiente de quien se trate.

Hace donde y cuando quiera lo que se le plazca la gana, nadie lo manda, suele juntarse en fiestas para tomar y salir de conciencia con unos cuantos vasos de más y su filosofía de vida es solo ser uno con el viento.

B i g  B o y      © (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora