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ADVERTENCIA: Mención de actos violentos tales como la agresión verbal y física, uso de armas. NO está escrito con fin de promover o justificar ninguno de estos crímenes, pero se recomienda leer con discreción. 

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CHOI HANEUL.

Es hermosa, Dios, muchísimas gracias.

Ya sé, los niños jamás podrían recordar lo primero que escuchan al nacer. 

Pero yo lo hacía, incluso podía recordar el suave tacto de los dedos de mi madre sobre mi cabeza y sus pequeños arrullos hacia mí, la forma en que sus ojos se aguaron ante la felicidad y el amor con el que me tuvo por primera vez entre sus brazos. 

Eres un milagro, nuestro pequeño milagro traído del cielo. 

Hay dos razones por las que me llamaron Haneul, la primera tiene origen en el segundo trimestre de embarazo de mi madre, nació del momento en que ella tuvo que elegir entre arriesgar su vida o tenerme entre sus brazos; la segunda es quizás un poco más común, el recordatorio de mi ya difunta abuela quien creía firmemente que los niños éramos como ángeles o estrellas que llegan a la vida de sus familias para cambiarlas según dicte su destino. Lo curioso es que llamarme Byul jamás entró en discusión pues según mis padres algo dentro de ellos les decían que no iría acorde a mi personalidad y tener por nombre Miracle no resultaría muy agradable en el registro. 

Entonces fui llamada cielo, y fui amada por mis padres hasta el último día de mi corta pero peculiar vida.

Quizás fue porque mi vida se vió comprometida incluso antes de disfrutarla o porque ellos realmente me amaron desde el primer momento en que me concibieron pero vivieron para darme todo lo que estaba en su disposición, juegos de último modelo, ropa de marca y una educación de punta. Sí, podía considerarme como la chica más afortunada y feliz de todo Daegu; nunca probé el trago amargo de la realidad, no estuve al bordo de la pobreza y un plato de comida jamás falto en mi mesa...No mientras mis padres pudieran costear todo eso. 

Un caso muy distinto al de Min Yoongi.

Creo que podría llamar destino a las circunstancias que nos llevaron a nuestro primer encuentro; yo poseía un comportamiento engreído, vanidoso y prejuicioso sin siquiera quererlo, pero al momento en que Min tocó a mi puerta en busca de un poco de comida algo impulsó a mi yo de seis años a dejar pasar ese niño de fachas deplorables y contextura peligrosamente delgada. 

Pero sabía que no era por lástima o algún sentimiento parecido, fue más algo de corazón al ver a ese precioso niño al borde de la decadencia. 

¡Vaya alegría! Mis padres no reprocharon nada de aquella acción, una sonrisa se dibujó en sus labios y le ofrecieron un baño junto a ropas olvidadas de uno de mis primos; le invitamos a comer e incluso nos permitimos entablar una agradable conversación con el pequeño niño ante nosotros. 

Y lo que fue una aventura de un día se convirtió en una rutina para ambos.

HER GHOST ✏YOONGI (EDITED VER.)Where stories live. Discover now