Capitulo 11: Jodida físicamente

361 28 1
                                    

Narrador Omnisciente:

Habían pasado las semanas ____ estaba dada de alta. Podía volver a su vida..
Estaba claro que eso no le hacía ni puta gracia.
¿Volver con su padre o con su madre?
Ambas opciones eran muy malas. No podía decirles a ninguno de los chicos que le dieran un hogar permanente. Su orgullo no se lo permitiría, su timidez tampoco, su demonio menos.

Ella quedó cerca de la puerta, esperando que alguien apareciera para llevarla. Una hora, dos, nadie pasó. No sabía a quien mandarle mensaje o a donde ir. La chica simplemente suspiró y camino por ahí, perdiéndose entre las calles de la ciudad. Matando el tiempo, caminando por ahí, esperando ver una llamada de las personas que le dieron la vida que se hacen llamar padres.

El tiempo pasa, su demonio la tortura, ella camina como si nada malo pasara, pero por dentro.. ni si quiera se puede saber si esta muerta o solo torturandose de mil formas posibles, gritando y llorando.
Estaba jodida mentalmente.
Estaba jodida sentimentalmente.
Estaba jodida físicamente.
No estaba jodida Socialmente por haberse cambiado de escuela, si no tambien lo estaría. Dentro de su inestable cabeza tenía un pensamiento de esperanza, de que alguien de su escuela la lleve a su casa, le de techo, abrigo, comida. Una dulce historia.. de como la suicida puede salir adelante por el amor.

Por desgracia esa esperanza nunca llegó a hacerse realidad, estaba sola, bajo un techo, había comenzado a llover, nadie la buscó, nadie la llamó, nadie se preocupó. La lluvia comenzó a hacerse cada vez mas fuerte, no había nadie para ella. Tomo su teléfono, dudó en llamar a los responsables de ella, pero no le quedaba de otra.
Pocas opciones aparecieron en su mente:
•moría de hipotermia
•esperaba a que alguien le hiciese algo malo
• iba a su respectivo hogar
•o.. llamaba a sus progenitores y que sea lo que Dios quiera..

Optó por la última. Necesitaba que le dijeran aunque sea dónde debía o podía estar.. primero llamo a su madre. 1, 2, 3 veces, nada.
Llamó a su padre 1, 2, 3, nada. Les mandó mensajes, no respondieron. Revisó en sus bolsillos deseando con suma fuerza que aquel objeto tan preciado para las personas estuviera ahí, justo donde lo había dejado. Y sí su dinero estaba en el bolsillo, intacto, no le faltaba ni un centavo.

Decidió irse a su casa dónde intento morirse. No le quedaba de otra, caminó un poco, la lluvia había dejado de caer con tanta intensidad para ese momento.
Apuró su paso al ver que la lluvia volvía a llover como si no hubiera un mañana. Llegó a la estación empapada tuvo suerte de que el dinero no se había mojado y pudo comprarlo.
Le dolía el estómago, no podía correr, tenía en ese lugar los puntos de la operación que le valieron mierda porque se estaba mojando.
Los puntos no se habían abierto, pero si tiraron de su piel señal de que debe tener cuidado si no quiere que se le abran antes de tiempo y formar un charco de sangre. Esas cosas se irían con el tiempo, pero le dejarían una fea cicatriz, así como las cicatrices de sus brazos. Ella lo sabía, desde el momento en que intento dejar de cortarse por la promesa, supo que ya no había vuelta a atrás, las personas verían que ella fué suicida, las cremas podían disimularlo puesto que las oscurecían un poco más no las desaparecían. Sabía que tendría que vivir con esa condena por el resto de su vida, era bastante obvio que nadie nunca podría aceptarla, no lo hicieron antes, no lo harían ahora.

El tren había llegado, se subió allí, quedó en un rincón. Desde su pelo aún caía el agua de la lluvia. Debería llegar a su casa y darse un baño antes de que se enferme para tener que hacer el esfuerzo con su estómago por la tos. Revisó su celular, no había llamadas, ni mensajes de sus padres. Esperaba no tener problemas luego. Les envío otro mensaje a los dos diciendo que se iría a casa y que les enviaría un mensaje cuando esté en aquel lugar. Guardó su celular al no obtener respuestas de ninguna parte, se lo esperaba pero aún así le dolía. Ella aún los quería y en su memoria más preciada, contenida como si fuera una caja fuerte, aquellos recuerdos fundamentales donde fueron los 3 felices.
Su esperanza era que los 3 estén bien aunque sea de lejos.

Gotas de Sangre (Karma Akabane y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora