VII

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Veníamos en el carro, estaba muy sorprendido y dudoso y si algo se es que jamás hay que quedarse con una duda.

— ¿Cómo sobreviviste?. —

— A mi me dispararon, ellos creyeron que fue en el pecho pero no fue así, fue en la pierna, arranque un pedazo de mi camiseta y la amaré a mi herida, me costó trabajo salir de donde estaba pero mírame aquí estoy. — Sonríe.

A eso lo llamaría un milagro de Dios, es como de películas pero esta es la vida real.

— Usted es Superman. — JungKook sonrió asombrado.

Todos reímos ante el tierno comentario de el pequeño JungKookie, como un niño puede tener una tierna imaginación.

— No, yo soy mejor que Superman yo soy. — Silencio. — ¡SuperChanyeol!. — Exclamó.

— Kookie lindo. — Sonrojado.

Empecé a observarlos, había algo en ellos que entre primos no es común, aunque realmente no lo sean.

— JiMinnie hermoso. — Miro fijamente a JiMin.

JiMin se sonrojo y beso la mejilla de JungKook, será posible que entre ellos dos allá un sentimiento, se que son muy pequeños pero cuando crezcan se tratarán igual y podrían...bien yo ya me estoy adelantando a los hechos.

— Y llegamos. —

Sin darme cuanta ya estábamos en la casa, de nuevo y eso era tan bueno por que ya era viernes y solo faltaban dos días.

— ¿No quieres pasar?. —

— No gracias, por cierto arregle la chapa y otras cosas, ten la llave. —

Me dio la original y la copia, ChanYeol es tan buena persona, a él lo obligaron a enredarse en todo lo turbio en lo que estaba metido Rose, o al menos eso me contó el.

— Gracias. — Sonreí.

— Denada, ahora me tengo que ir, niños SuperChanYeol se va. — Sonrió.

Ambos niños corrieron hasta Chan y le dieron un abrazo.

— Vamos niños, adentro. — Se metieron a la casa. — Hasta luego Chan, gracias por todo. — Sonreí, y Chan movió su mano en forma de adiós.

Entramos a la casa y todo estaba acomodado, me dirigí a la habitación de JiMin y JungKook para que se bañaran.

— Nosotros nos podemos bañar sólo. — JiMin sonrió.

— Están ¿Seguros?. — Hablo preocupado.

Asintieron sonriendo mientras buscaban su ropa, y pensé yo también necesitaba un baño.

— Entonces vayan pero con cuidado. —

Salí de la habitación para tomar otra mudada de ropa y meterme a al baño para darme una ducha.

Después de ese baño salí para ver a los niños en el sofá, mientras JiMin se recostaba en el pecho de JungKook, por Dios esto es demasiado tierno.

— ¿Qué hacen niños?. —

— Descansamos. — Suspiro.

Hizo un tierno puchero, en eso se me ocurrió algo, podríamos jugar un juego de mesa.

— ¿Niños quieren jugar a el conecta cuatro?. — Pregunté entusiasmado.

JungKook asintió y se levantó cuidadosamente del sillón (o sofá) sin lastimar a JiMin y fue a buscar el juego.

— JiMin tu ¿Quieres a JungKook?. — Pregunté.

— No lo quiero señor, yo amo mucho a JungKookie. — Sonrojado.

Me sorprendía mucho su confesión, pero la pregunta era...de que manera lo amaba.

— Aquí está. —

Si no fuera por que el pequeño JungKook había llegado le hubiera preguntado a JiMin de que forma quiera a el otro.

Empezamos a jugar y en eso el tiempo transcurría entre risas y diversión, si tan sólo pudiera hacer lo mismo con mi hijo...mi hijo donde estará mi pequeño.

No dejaré de buscarlo, aunque parezca imposible podré encontrarlo algún día, no importa si me tardo años pero algún día podré abrazarlo y decirle que lo quiero.

Se que el esta cerca lo puedo sentir aquí...en mi corazón.

Amor floreciendoOnde histórias criam vida. Descubra agora