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Jeonghan no lo aguantaba más, aquello era realmente una tortura.


Su compañero de celda y amigo, Joshua, cumplió con su palabra, acompañándolo a todos lados, en donde lograron idear algo para no tener relaciones frente a otros, pero dar a pensar que sí.


Un escalofrió recorrió su columna cuando escucho a Joshua gruñir su nombre en un tono cargado de placer, provocando que su entrepierna se estremeciera en sus pantalones. En ese momento estaban encerrados en un cubículo del baño, fingiendo gemidos o gruñidos, como si lo estuvieran haciendo.


Le costó un mundo mirar a la cara al pelinegro, quien con una juguetona sonrisa acerco sus manos para revolverle un poco el cabello, para luego desordenar un poco sus ropas. Jeonghan hizo lo mismo con su amigo, pensando en cosas tristes para que su excitación se fuera.


En un inicio era divertido hacer eso, como si de una travesura se tratara, en donde se reían al ver las reacciones de sus amigos. Pero ahora... era un duro golpe a su vida sexual a la que no le ponía atención desde hace tiempo.


- Vamos, mi angelito – Abrieron la puerta para luego salir con sus manos entrelazadas, siendo guiados por el menor al comedor, donde se separaron para cada uno llevar sus bandejas de comida. Jeonghan se iba acostumbrando de a poco, pero igual seguía entrándole calor con cada cosa que hacia Jisoo, por vergüenza o excitación.


- ¿Pueden dejar de hacer eso? Me dan ganas de vomitar – Bufo Woozi mientras comía algo de arroz. Joshua por sus palabras, detuvo los palillos que tenía en el aire con un pedazo de carne, comida que iba camino a la boca del de pelo largo.


- Hey, yo no me quejo cuando te pones cariñoso con Cheol – Se quejó este, llevando finalmente los palillos a los labios del avergonzado rubio. Como en prisión todo se sabe, hasta a sus amigos tenían que hacerles creer de lo suyo.


- Pero nosotros no hacemos eso durante... ¿Cuánto llevan ya de esa forma? – Pregunto pensativo al resto, a lo que Jun levanto su cara con una mirada cansada.


- Tres semanas – Murmuro sin energías.


- Eso, así que al menos deja de alimentarlo, que ya es suficiente con todo el resto de cosas que hacen – Ante las palabras de Jihoon, el americano solo suspiro y asintió no muy de acuerdo.


Jeonghan trago y sonrió por la ternura que le causaba su amigo, pero era cierto eso, ya hacían varias cosas que dejaban en claro que eran "pareja", así que una cosa menos, no haría nada malo. De hecho, era mejor.


Porque era horrible, estaba harto de todo aquello. No quería enamorarse de su amigo, pero se sentía derretir ante todas sus caricias y muestras de cariño, que quizás eran una forma de hacerles creer a otros que había algo entre ellos, algo fingido, pero notaba algo en los ojos de Joshua que le hacía sentir que era sincero en lo que hacía, afectando aún más al corazón de Jeonghan.


Le estaba poniendo las cosas demasiado difíciles.


El chico nuevo (JIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora