El chico nuevo (JIHAN)

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Frunció el ceño al ver a su abogado, el cual su abuelo le cedió de todos los que tenia, pero no sirvió de nada porque le parecía buena idea dejarlo un tiempo en prisión para madurar, aunque no le tiene rencor, ya que de esta forma conoció a Joshua.

El hombre con traje se puso de pie con nerviosismo para hacerle una reverencia e indicarle la silla que tenía al frente en aquella pequeña sala privada para visitas – Buenos días, joven Yoon, ¿Ha estado bien? – El rubio tomo asiento de mala gana y apoyo su codo sobre la mesa metálica.

- Oh, si Mingming, me ha ido súper bien, en un inicio tuve miedo al ser el nuevo, ya sabes, conocer gente nueva no es mi fuerte, pero hice amigos y... - Sonrió falsamente mientras decía con sarcasmo cada palabra, pero termino chasqueando la lengua y frunciendo las cejas – Y una mierda. Ve directo al punto, no creo que mi abuelo te enviara a ver si sigo en una pieza – Se cruzó de brazos y clavaba la mirada más fría que podía en el joven, pero experimentado abogado.

El chino solo suspiro y asintió, peinándose el cabello algo ansioso. Sabía que no tenía la culpa de algo, pues solo le pagaban, pero quería descargar su descontento con alguien y obviamente no lo haría con la gente de la prisión.

- La salud de tu abuelo está bastante deteriorada y él lo sabe, su enfermedad tiene un tratamiento raro que puede hacerse, pero tú lo conoces, al señor Yoon no le agrada llenarse de medicamentos porque no sabe si son confiables y prefiere aguantar hasta el final como "un hombre" – Mingming aun parecía tener sentimientos, no como el resto de abogados, pues se notaba realmente apenado de contar todo eso – Por lo que los médicos le dieron tres meses de vida – Lo último lo dijo mirando a los ojos al pelilargo, quien suspiro.

Su abuelo no era un mal hombre, de hecho, era bastante cálido y solía mimarlo bastante cuando niño, pero cuando su madre iba a dar a luz a su hermanita, ninguna salió viva del quirófano. Ese fue un duro golpe a su padre, quien trato de reponerse, pero al parecer el pequeño Jeonghan le recordaba siempre a la mujer que perdió por la similitud que tenían, así que, en menos de un año tras la tragedia, se quitó la vida. Su abuelo ya era viudo antes de todo aquello, por lo que lo único que lo mantuvo firme fue su único nieto, pero para no atormentarse con pensamientos negativos, se centró totalmente en su trabajo, el cual progreso al dedicarle tanto esfuerzo y parte de su vida, pero de paso perdió algo, su parte más sencilla y humilde.

A su abuelo no es que no le gustara mantenerse viviendo en medicamentos, tan solo no quería alargar una vida tan solitaria y llena de perdidas como la suya.

- Entiendo, pero, ¿Eso que tiene que ver conmigo? – Ya tenía una ligera idea con lo que le informo Jun, pero quería escucharlo todo por parte de su abogado. Este, cruzo sus manos sobre la mesa de forma seria.

- Este diagnóstico lo obtuvo en los exámenes de hace unas semanas, por lo que ha estado moviendo los hilos para limpiar tu nombre y sacarte de aquí como si al final resultara que fuiste inocente. De esta forma, puedes salir a tomar su papel y tratara de en el tiempo que queda, lograr enseñarte lo necesario sobre el mundo de los negocios. El apellido Yoon estará limpio al igual que la compañía, al menos ante ojos de la mayoría – El rubio abrió los ojos con sorpresa, empezando a considerar ciertas cosas.

- ¿Qué pasa con la familia del hombre que mate? ¿Cuándo me sacarían de aquí? – Tenia muchas más preguntas, pero no quería atosigar al abogado.

- Tu abuelo les cedió un pequeño porcentaje de las acciones, así que al tener ganancias, no les importa. No asesinaste a un santo, joven Yoon, eso muchos lo sabemos, pero la justicia tiene que regirse bajo ciertas leyes – Eso sonó bastante frívolo para el de cabello largo – Y si todo sale bien, mañana mismo. Tu sabes que tu abuelo es meticuloso y aprovecha cada segundo, así que ve preparándote – Le regalo una cálida sonrisa, alegrándose de que Jeonghan ya no tuviera que seguir rodeado de gente peligrosa.