Aᥣmᥲs Coᥒᥱᥴtᥲdᥲs · Tom Rιddᥣᥱ [1] ✔

15 - Sorpresas

-Arlette-

Tras llegar a la casa de campo, le he enseñado toda la estancia y hemos dejado el equipaje en las habitaciones.

—Espero que te guste, siéntete como en casa.—digo sentándome en el sofá.

—Cada día me sorprendes más Carter.

Le miro con cierta intriga, ahora que lo pienso estar con él a solas es realmente intimidante.

—Cuéntame tus secretos.—le digo acercándome a él tras sentarse a mi lado.

Tom suelta un suave suspiro y me mira a los ojos.

—Si te los dijera, ahora me tendrías miedo.

—El que no arriesga no gana.

Vuelve a suspirar y mira la televisión frunciendo el ceño.

—¿Qué es eso?

—Es la televisión—le explico—este aparato es el mando y con él puedes cambiar de canal.

—¿Canal?

Nos hemos pasado varias horas delante de la televisión viendo películas, me ha sorprendido qué estuviera tan tranquilo ya que él odia todo lo relacionado con muggles. Hemos rebuscado entre los cajones de la cocina para ver si había algo para cenar pero al final he pedido una pizza con el dinero que me han dado mamá y papá antes de irnos.

—No entiendo a estos muggles. Reparten comida a cambio de dinero.—se queja Tom.

—Ven, vas a pagarle tú.

Le cojo de la mano y vamos hacia la puerta para recoger las pizzas. Al abrir la puerta un muggle nos sonríe, va vestido de rojo con una gorra a conjunto y entre sus manos trae dos cajas de pizza.

—Son diez libras.—nos anuncia.

Dirijo mi mirada a Riddle pero él me mira fijamente con cara de no saber qué hacer. Al final con el dinero que le he dado antes le ha pagado al repartidor y nos hemos metido en la casa otra vez. Es gracioso ver a Tom Riddle haciendo cosas típicas de muggles.

—Está comestible.

—Es lo mejor que hay. No entiendo por qué la has pedido con piña, eso es como ir al infierno.

—Oh, créeme, yo iré al infierno de cabeza.

Suelto una gran carcajada y le doy un pequeño golpe en el hombro.

—No me toques.—finge asco.

—¿Qué no te toque?

Acto seguido él previene mis intenciones y sale a correr por toda la casa conmigo detrás. Voy con los brazos abiertos persiguiéndolo hasta que sale al jardín trasero y corre aún más rápido.