24 - Segunda Prueba

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-Arlette-

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-Arlette-

Llevo varios días vigilando a Tom a escondidas. Me da miedo lo que pueda llegar a hacer, es decir, él mató a Myrtle y culpó a Hagrid de eso. ¿Cómo lo sé? Pues sé que Hagrid nunca dejaría suelta a una de sus mascotas y cuando pillé a Tom en la cámara de los secretos todo hizo clic en mi mente.

El otro día no os conté lo que pasó en la cámara, así que lo haré ahora:

Seguí a Tom a través de las cañerías putrefactas que había. Caminé en silencio esquivando varios huesos de animales y seguí sus pasos. Al adentrarme en la gran tubería principal vi a Tom al lado de algo, un ser que hizo que mis pelos se quedasen de punta y paralizara mi corazón. Le hablaba en pársel mientras iba caminando en círculos. Frente a nosotros se hallaba un gran monstruo en forma de serpiente, mejor dicho, frente a nosotros estaba el gran basilisco.

De repente el ser monstruoso se giró en mi dirección y se me quedó mirando fijamente, claro, antes de verlo a los ojos miré en otra dirección.

—¡¿Arlette?!—Escuché el gran grito de Tom y a continuación empezó a hablarle al basilisco desenfrenadamente.

Escuché como se arrastraba y siseaba a mi alrededor. Mi sangre se heló en cuestión de segundos. Contuve la respiración.

—Arlette quiero que hagas exactamente todo lo que te diga. El basilisco sigue la orden de matar sangre sucias así que estoy controlándolo pero no podré hacerlo por mucho tiempo—volvió a hablar Tom—quiero que salgas por la trampilla lo más rápido que puedas, te esperaré en el lavabo.

Hice lo que me indicó y después tuvimos una larga conversación sobre la confianza y el riesgo que tenía seguirlo a la cámara secreta. Desde entonces se comporta raro, esconde muchas cosas y pienso descubrirlas. Este no es el Tom de hace varios meses.

Hablando del rey de roma, el susodicho aparece en el gran comedor y se sienta junto a mí para tomar un trozo de mi tarta de arándanos.

—Buenos días querida mía—Saluda con un inhabitual tono alegre.

—¿Por qué estás tan contento?—le pregunto dándole un bocado a la tarta que ahora he vuelto a coger.

—Estoy feliz, simplemente me alegra estar aquí contigo.

Frunzo el ceño y lo vuelvo a observar. Cada vez que le miro el rostro lo tiene más pálido. Sus ojos se están inyectando en sangre y sus facciones se endurecen cada vez más. No me gusta el rumbo que está tomando esto. Debo añadir que desde que me dio el anillo me crece un malhumor que intento ocultar pero que a veces me gustaría matar a los idiotas que me llaman sangre sucia.

—¿Qué te está pasando?—le pregunto acariciando su fría mejilla.

Mi corazón se parte en dos cuando quita mi mano y se separa de mí.

—Sé que estás vigilándome desde aquel encontronazo, ya sabes dónde.—empieza a contar con el mismo tono de voz que al principio del año, con odio—debo decirte que si no confías en mí todo esto es una mierda. Porque sabes que yo te confiaría mi vida ¿Qué consigo a cambio? Tu rechazo y desconfianza. Gracias.

Aᥣmᥲs Coᥒᥱᥴtᥲdᥲs · Tom Rιddᥣᥱ [1] ✔Where stories live. Discover now