Parte 4

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Bosque nórdico...

En la tranquilidad de lo profundo del bosque, ya habían pasado dos semanas desde que se amplio la cabaña. Los niños ya eran libres de andar y ayudar.

No todos eran tan pequeños. Ferguson era el mayor de 13 años, Marlella tenía 10 años, Nico y Perry tenían 7 años, mientras que Pocuo y Nany tenían 5 y 4 años.

Ese día, Selcius se había ido a traer comida con Ferguson y Marlella. Mientras que Sefora se había quedado con los demás en casa. Ella se encontraba haciendo ropa para los mayores y Selcius, en lo que los niños jugaban afuera.

En ese momento los pequeños escuchan un movimiento entre la bajada de la colina y se asoman esperando ver llegar al Selcius con los demás y la comida, pero para su terrible sorpresa, se trataba de un vikingo que estaba registrando la zona.

Al verlos, el vikingo comienza a correr detrás de ellos, mientras que los niños aterrados, corren de regreso a la cabaña.

Al entrar corriendo y llorando por la puerta, Sefora se levanta de la imprecion y ve como los pequeños se esconde bajo la cama. Ella redirige su mirada hacia afuera y se sorprende de ver al vikingo entrar por la puerta.
Ella se aterra rápidamente mientras que el hombre se sonríe de verla. Sin pensarlo, camina hasta ella tratando de sujetarla, pero Sefora se arma de valor y toma un leño para defenderse.

-Tranquila princesa... No voy hacerte daño!! Solo te llevare ante mi señor!! - dice sonriendo.

Su respiración se aceleraba cada vez más a cada paso que él daba al acercarse.

Agitando de un lado a otro el leño para que no se acerca más pero para él fue muy fácil sujetar la madera, arrebatarsela y arrojarla lejos.
La princesa estaba muy asustada, mientras que el vikingo la arrinconaba contra una esquina.

Él se acerco tanto a ella, la toma del rostro y la cintura para observarla mejor.

-Vaya que eres hermosa! Es una lastima que mi señor te quiera para él solo... Pero tal vez, si ya no eres virgen... Te deje ir y así podre tomarte para mi! - le susurra.

Ella estaba tan asustada que solo podía llorar de la impotencia, ya que este hombre le doblaba el taño y su fuerza no podía compararse con la de este enorme y robusto sujeto.

En ese momento y sin esperarselo, el vikingo comienza a levantar el vestido de Sefora, así que ella intenta poner resistencia pero con la otra mano, la toma del cuello y comienza a asfixiarla.

-No hagas esto más difícil!! - le dice.

En ese momento, el vikingo cambia su sonrisa malvada por un gesto de seriedad y rápidamente suelta a la princesa, quien agitadamente trata de recuperar el aliento. Ella levanta su mirada y ve como el vikingo retrocede lentamente.

El gran hombre se sacude un poco y después se da la vuelta para verificar lo que acababa de pasar. Se trataba de Selcius, quien había apuñalado al vikingo por la espalda con una gran espada.

El vikingo sin poder creerlo, dirige su mirada hacia su abdomen que sangraba y luego voltea a ver al joven ermitaño.

-Ja, ja, ja,... Se supone que tu estarías muerto ya!! - camina hasta el joven. - Yo te vi caer al mar y vi tu rastro de sangre!! - dice con esfuerzo.

El vikingo camina hasta Selcius y lo toma de las ropas por el pecho.

-Espera a que le diga al señor Marfol que aquí... Has estado todo este tiempo... No te salvarás esta vez... Selcius... - cae sobre sus rodillas.

Minutos después, el hombre ya hacía muerto en la entrada de la cabaña. Así que Selcius, sale y cava una gran sanja para enterrar al hombre ahí.

Cuando Selcius entra a la cabaña, Sefora había mandado a los niños a lavarse las manos, quedándose ellos dos solo.

Al verse solo con ella, se le queda viendo mientras ella le sostenía de igual forma la mirada, después camina un poco hacia él.

-Gracias por salvarnos, pero... Quiero saber quien eres en realidad!! Porque esos vikingos asesinos... Que mataron a mis padres y a mi pueblo... Te conocen a ti!! - lo cuestióna molesta, intrigada y asustada.

otra historia de vikingos Where stories live. Discover now