Ahora o nunca

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Pasó poco más de hora y media cuando Irene se despertó en la habitación de Inés.  Estaba un poco confusa, ¿que hacía allí todavía? ¿Que hora era?

-Buenos días, bella durmiente- susurró Arrimadas- vaya horas para levantarse eh.
-¿Que hora es? Dios, perdóname...- se disculpó Irene.
-Son las 12:15, pero puedes seguir durmiendo... Y por favor, no te disculpes, si estás aquí es porque quiero que estés- dijo Inés sonrojándose.

¿Que estoy haciendo? ¿Estoy ligando con Irene? No, Inés, es solo tu subconsciente. Xavi lleva muchos días fuera y se te está empezando a ir la cabeza, ignóralo...- se dijo Inés a si misma.

Irene tenía la misma percepción que Arrimadas: estaba ligando con ella. Pero ¿por qué? ¿Para beneficiar a su partido? No, Inés no haría eso, es una buena chica...¿Entonces? Está casada con Xavi, no tendría sentido que estuviese lanzándome fichas. Igualmente sabe que yo estoy con Pablo, que también he estado con mujeres anteriormente, pero ahora estoy con Pablo. Y la verdad, no me he planteado una historia con ella, pero quien sabe, nunca me cierro a nada, aunque es imposible.

-No, mejor me voy, Pablo me estará esperando con los niños y no sabrá donde estoy- dijo Irene nerviosa mientras recogía sus cosas- pero por la tarde nos vemos eh.
-Claro que si, ¿te llamo luego y quedamos?- respondió Inés levantándose a despedirse de su amiga.
-Vale, guapa, hasta luego!- dijo Irene despidiéndose.

Irene salió volando del hotel y cogió un taxi hasta su casa. No tardó mucho en llegar, y nada más bajar del taxi entró en casa. Introdujo la llave en la cerradura y la giró. Con una vez bastó para abrir la puerta, eso significaba que Pablo estaba en casa.
-Hola cariño, ¿que tal?- preguntó Pablo dándole un beso a su mujer- no sabía que venías para comer, no he preparado nada, pero ahora apaño algo.
-Tranquilo, no tengo hambre, me he despertado tarde y aún no me apetece nada- dijo Irene.
-Por cierto, ¿donde estuviste toda la noche? Te esperé hasta la una, pero me caía de sueño- respondió Iglesias.
-Estuve con Inés, tuvo que venir a Madrid por una... entrevista, y aprovechamos para salir a cenar y ponernos al día- contestó Irene nerviosa.
-Ya veo por donde vas... Entonces no te despertaste tarde Ire, estuviste toda la noche de marcha con Inés, eh!- dijo Pablo sorprendido, pero riéndose.
-¿De marcha? ¿A que te refieres? No ha pasado nada- preguntó Irene tartamudeando.
-Joder Ire, de fiesta... Discoteca, bares, unas copas... y vienes de reenganche. Tranquila, yo pensé en hacer lo mismo con Sánchez una vez- dijo Pablo bromeando para calmar la tensión.
-Claro, si, se nos fue un poco la hora, y bueno, ya ves...- mintió Irene.
-¿Quieres descansar entonces? Échate un rato si quieres, además no tenemos que hacer nada en el partido, hoy es jornada de reflexión y mañana elecciones, la suerte está echada- le recordó Pablo.

¡Mierda, las elecciones!- pensó Irene- con todo lo de Inés no me acordaba...

-Si, me duele un poco la cabeza, voy a acostarme un rato, gracias cariño- contestó Montero sonriendo.

Se dejó caer en la cama, pero no pudo pegar ojo. Estaba dándole vueltas a las elecciones y a su partido, además de pensar en su contricante Inés, pero no de la misma manera que hace unas semanas. Estaba confusa con lo que había pasado la noche anterior, y sentía que lo mejor era llamar a Inés para arreglarlo. Y de hecho, la llamó, pero no para eso, sino para verse de nuevo esa misma noche. Al día siguiente Inés debía volver a Barcelona para vivir las elecciones con los suyos, era su última oportunidad.
-Es ahora o nunca, Irene- se dijo a ella misma.

Políticamente IncorrectoWhere stories live. Discover now