Políticamente Incorrecto

Escenario de catástrofe

Ambas estaban paseando por las calles de Madrid, envueltas en un silencio continuo. No sabían que decir ni que hacer. Acababan de besarse en una de las terrazas más bonitas de Madrid, estando ambas casadas y con las elecciones al día siguiente. El escenario perfecto para una catástrofe. Tras unos interminables minutos caminando, Inés se armó de valor para decir algo.

-Bueno Irene...¿cuantos escaños esperáis sacar en las generales?- dijo Inés.
-¿Tú te crees que estoy pensando en los escaños? Ahora mismo solo me importa que acabamos de besarnos, así que si no me vas a decir nada respecto a eso, mejor no digas nada- contestó Irene alzando la voz- joder Inés, perdona, no quería sonar borde, pero es que no se como actuar ahora. Voy a llegar a casa y tendré que besar a Pablo con los mismos labios que te besaron a ti hace unos minutos...- confesó.
-Te entiendo, yo también estoy casada...- la interrumpió Arrimadas.
-Como si no lo estuvieras, ¿hace cuanto que no ves a Xavi? Es como si para ti no existiera- respondió Montero.

Ante este comentario por parte de su "amiga" Inés se sintió fatal. Sabía que Irene tenía razón pero no quería admitirlo... ¿Hace cuanto que no sabía nada de Xavi? Ni lo sabía, estaba demasiado ocupada con Irene y las generales.

-No tienes derecho a opinar sobre mi relación con Xavi, Irene- respondió Arrimadas muy enfadada.
-Creo que si tengo, ya que me acabo de meter en medio de ella- le contestó Irene.
-Nos hemos dado un beso, Irene, por dios, eso no es nada- dijo Inés restándole importancia al asunto.
-¿Ah no? Bueno, pues espera a ver.

Nada más decir la última frase Irene besó apasionadamente a Inés. No lo pensó dos veces, solo hizo lo que llevaba tiempo queriendo hacer, y este era el momento perfecto. Se le pasaron un millón de cosas por la cabeza, pero todas ellas perdieron importancia al estar pegada a Inés. No sabía que le pasaba exactamente, pero cuando estaba con ella todo era mejor, la vida parecía que tenía otros colores, además del morado. Y hablando de morados, Pablo, ese era su principal problema ahora mismo. Tenía que contárselo, después de todo le debía sinceridad. Pero ahora mismo solo estaba pensando en Inés. Esa chica que la volvía completamente loca volvía mañana a Barcelona, y a saber cuando volverían a verse. Pero sabía que después de lo de hoy volverían a verse, de eso no había duda. Estaba claro que ambas habían empezado a sentir algo que no iba a dejar indiferente a ninguna.