76° Capítulo

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•Christopher•



La furia se apodero de mi en el momento que supe que Otto y Melina serían los que adoptarían a Maximiliano. Es increíble que el mundo sea tan pequeño para que justo ellos sean quien nos quitan a nuestro hijo. Debo reconocer que mi reacción no fue la correcta ya que apenas saber eso y salir de mi impacto emocional no solté a Max en ningún momento, él estaba aferrado a mí y yo correspondí a eso; Susana nos pidió ir a su oficina a charlar ya que me conocía y mi actitud no era la esperada, al inicio desistí pero Dulce me hizo comprender que hablando se entiende la gente y siendo ellos dos personas que conocemos quizá desistirían de adoptar a Max, eso me animo y accedí a dejar a mi hijo en su habitación con la promesa de que pasara lo que pasara regresaría con él antes de salir de ese edificio.


Susana: Yo jamás pensé que ustedes se conocieran.

Christopher: ¿Y tú crees que yo sí? -de pie justo detrás de la silla donde Dulce estaba sentada, todo frente al escritorio de Susana.

Otto: Es que no comprendo que relación es la que tienen ustedes con el niño. -su aparente desentendimiento me causa frustración.

Christopher: La relación que tenemos es que es nuestro hijo, esa es nuestra relación con él.

Melina: Perdón, pero yo ni siquiera sabía que Dulce tenía una relación con alguien...

Otto: Yo lo sospeche, pero jamás pensé que fuera con Carter...

Susana: No estamos aquí para hablar de la vida sentimental de Dulce, el tema es otro...

Christopher: Estamos aquí porque queremos que nos regresen a nuestro hijo. -mi actitud está a la defensiva, y Otto lo sabe.

Otto: Lo lamento, pero legalmente Maximiliano es nuestro hijo a partir de hoy. -dice con un sobre en la mano; su hostilidad está chocando con la mía, pero no sabe con quién se está metiendo.

Christopher: No me interesa lo que diga ese papel, Maximiliano es nuestro hijo, ¿acaso no viste cuanto nos quiere?

Otto: ¿Y acaso no viste que el juez nos concedió la custodia?

Susana: Háganme el favor de calmarse señores, son unos adultos no pueden pelear como niños pequeños. -doy la espalda y respiro profundamente.

Melina: ¿Para qué tenemos que hablar si la custodia de Maximiliano es nuestra?

Susana: Quiero que ustedes sepan lo sucedido. Yo no sabía que ustedes se conocían y pues tengo que decir que es un caso inusual y quiero que todo quede en paz.

Melina: Realmente no comprendo...

Dulce: Christopher tiene años luchando por la custodia de Max, se la habían negado por estar solo, por no estar casado y por un sinfín de estupideces más, y para nuestra desgracia el juez les dio la custodia a ustedes.

Melina: No es nuestro problema, nosotros hicimos todo legalmente.

Susana: Tienes razón, pero creo que ahora que sé que ustedes que conocen pueden hacer algo al respecto...

Otto: ¿Algo como qué? -ella vacila un poco hasta que finalmente habla.

Susana: Pues quizá podríamos llegar a un arreglo, ustedes pueden permitir que Christopher y Dulce se queden con Maximiliano y ustedes pueden adoptar otro niño. -ellos permanecieron en silencio un tiempo hasta que Otto hablo.

Otto: ¿A caso quieres que dejemos al que ya es nuestro legalmente nuestro hijo solo para que ellos se lo queden?  -sorprendido.

Susana: Eso dije...

Otto: ¿A caso está loca? -dice gritándole.

Christopher: ¡No le faltes el respeto! -volteando a verlo furioso, podría estar molesto con Susana por cuestión de la adopción, pero es una de mis mejores amigas y no permitiré que un imbécil la trate mal. -Ella solo está proponiendo una solución para que todos seamos felices. Para que Maximiliano sea feliz.

Otto: Una solución que les conviene a ustedes.

Christopher: ¿A caso no escuchas imbécil? Te está diciendo que puedes adoptar a otro niño...

Otto: Pero nosotros no queremos a otro, porque después de ver a muchos nos decidimos y queremos a ese que ya elegimos y que cumple con lo que queremos. -lo dice de una manera tan grotesca que no puedo evitar reaccionar.

Christopher: No hables de mi hijo como si fuera una mercancía. -digo colocando mis manos en el cuello de su camisa con una furia inmensa, este coloca sus manos sobre las mías y solo corresponde a mi mirada de desprecio. Todo está en silencio hasta que siento unas manos en mi espalda, de inmediato me reconfortan y sin decir palabra alguna lo suelto. -No hables así de Maximiliano... -le advierto antes de retroceder con Dulce a mis espaldas.

Melina: No queremos a nadie más, solo a él.

Susana: Pero aquí hay muchos niños que necesitan amor.

Melina: Entonces que sean ellos quienes elijan a otro niño...

Susana: No entiendes... -negando con la cabeza.

Otto: Y no entenderemos... nosotros solo vinimos por nuestro hijo. -niego con la cabeza y siento como Dulce rodea mi cintura con ambos brazos mientras permanece a mi costado izquierdo.

Susana: ¿Por qué no nos relajamos y analizamos las cosas?

Otto: No nos vamos a relajar. Nosotros luchamos muchos meses para que nos pudieran aprobar la adopción, hemos sufrido y ahora que hemos conseguido la familia que queríamos no la desharemos por un capricho estúpido. -nos mira a Dulce y a mí. -Dulce solo porque te aprecio te lo diré en la cara... no porque Carter tenga dinero se va a hacer lo que quieran, si durante años Carter no logro la custodia del niño por algo será, además el juez sabe porque no les otorgo la adopción, y déjame decirte que lo puedo imaginar porque si fuiste capaz de acostarte con un cliente creo que no eres un buen ejemplo para nadie. -justo cuando termina de decir la última palabra no pienso, mi mente se pone en blanco y solo siento como mis nudillos duelen, duelen después de haberle dado un puñetazo en la cara al imbécil que se atrevió a hablar mal de mi mujer.

Dulce: ¡Christopher! -escucho su voz, pero no presto atención ya que mi atención está concentrada en golpear a ese imbécil.

Susana: Christopher, detente... -siento sus manos y las de Dulce en mis brazos. -¡Por Dios! -grita desesperada. Sin saber cómo logran separarme de él y yo lo miro con un odio inmenso.

Christopher: Nadie, absolutamente nadie tiene derecho de hablar de esa manera de Dulce. Tú no sabes cómo sucedieron las cosas y créeme que no hay peor ejemplo para un niño que tú, que hablas sin saber... -le recrimino mientras se limpia la sangre del labio y la nariz.

Otto: Solo digo lo que veo, porque si no lo sabes, tenemos una ética profesional y Dulce la quebranto.

Susana: Señor Sánchez le pido que se retire de mi oficina, aquí no hay cabida para insultos hacia una mujer.

Otto: ¿Los defiende?

Susana: Yo se las dos partes de la historia y puedo opinar, pero más que nada me parece de mal gusto y de un poco hombre que se exprese de esa manera de una mujer.

Otto: Pues fíjese que no me voy hasta que me entreguen a mi hijo.

Susana: Solo le pedí que saliera de mi oficina, ese tema lo hablaremos más tarde, así que por favor retírense por el momento. -Melina y Otto se miran y sin decir nada salen de la oficina. Apenas eso sucede Dulce se sienta en una de las sillas y se pone a llorar, no comprendo porque, pero solo la abrazo.

Susana: Tranquila Dulce, no pasa nada... -acariciando su espalda.

Dulce: Jamás pensé que el dijera esas cosas, yo lo consideraba mi amigo.

Christopher: Es un imbécil, ¿Cómo se atreve a hablar de esa manera sobre ti? No sabe nada...

Susana: No estoy a favor de la violencia, pero tengo que darte la razón Christopher, no tenía por qué expresarse de esa manera de ti... aunque no se bien la relación. -yo abrazo a Dulce y respondo a Susana.

Christopher: Es compañero de trabajo de Dulce, cuando contrate los servicios de la compañía ellos dos eran los que siempre iban, esa es la relación y como es que nos conocemos. Tú sabes la privacidad de nuestra relación así que nadie en el trabajo de Dulce lo sabe porque sigo siendo cliente. -ella asiente mientras Dulce se tranquiliza de a poco.

Susana: Quise ayudar, pero creo que empeore todo... -dice con gran tristeza.

Christopher: No digas eso, no tienes la culpa de lo que el imbécil dijo...

Susana: Lo siento...-en un suspiro.

Christopher: ¿Qué pasa? -ella me mira, sabe a lo que me refiero. -No quiero que Max se quede con ellos, con un idiota como él.

Susana: No pasará nada, todo seguirá igual.

Christopher: ¿Dejaras que se vaya con ese? -sorprendido. -No puedo permitirlo, tenemos que hacer algo.

Susana: ¿Qué harás? ¿hablar con el juez alegando que insulto a Dulce? Perdón Christopher, pero tú lo golpeaste, el ganaría esto... -me frustro porque tiene razón. -Iré a hablar con ellos, espérenme aquí...

Bendita CoincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora