Capítulo 9

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Capítulo 9

Naruto

Vales la pena, Sasuke.

Oh, por Kami, casi le entierro la aguja en los ojos a Tsunade. Menos mal que no lo hice, porque eso acabaría con el propósito de esto.

Cruzando los brazos, doblé mis manos alrededor de la jeringa y la mantuve escondida bajo el brazo. Seguí obedientemente a Sasuke y a Shikamaru afuera, medio esperando que alguien me detuviera por tener la jeringa y por la emoción de que esto tuviera éxito, pero nadie lo hizo. Nadie prestaba atención. Nadie aparte de Sasuke; nunca había hecho esta clase de cosas, excepto Shikamaru y si estaba espiando en mis pensamientos, no había dicho nada.

Realmente no había pensado en nada de esto cuando agarré el suero, pero lo sostuve en mi mano. Sabía que si me pillaban probablemente me iba a arrepentir de esto. Lo mismo sucedería con Sasuke. Si Shikamaru se asomaba a mis pensamientos en este momento y él no estaba trabajando con Yagura, estábamos muy jodidos.

Nos dirigimos al ascensor, Tsunade y la nueva mutación hibrida en otra dirección. Estábamos solos, sólo nosotros tres cuando las puertas del ascensor se cerraron. No podía creer la suerte que teníamos. Mi corazón latía de emoción y miedo, como un baterista haciendo un solo.

Empujé al azabache en el brazo, obteniendo su atención. Me miró y luego mi mano, abriendo cuidadosamente mis dedos. Sólo la punta de la parte superior de la jeringa era visible. Sus ojos se abrieron, encontrándose con los míos.

En ese instante, los dos sabíamos lo que eso significaba. Con el LH-11 en la mano, no teníamos tiempo. Alguien finalmente iba a darse cuenta de que faltaba o podrían capturarnos gracias a las cámaras de seguridad. De cualquier manera, el tiempo era cuestión de vida o muerte.

Las puertas del ascensor se cerraron y Shikamaru se dirigió hacia nosotros.

Sasuke se desplazó hacia delante, pero la mano del castaño salió disparada. Me cortó la respiración en la garganta cuando su mano golpeó el panel de control. El ascensor no se movió.

La mirada de Shikamaru cayó a mi costado, inclinando la cabeza hacia un lado. —¿Tienes el LH-11? Maldición. Ustedes dos son... no pensé que lo harían. Yagura dijo que lo harían. —Sus ojos se posaron en Sasuke—. Pero realmente no creí que ninguno de ustedes lo fuera a hacer.

Mi corazón latía tan rápido, mis dedos hormigueaban alrededor de la aguja. —¿Qué vas a hacer al respecto, dattebayou?

—Sé lo que estás pensando. —Shikamaru se dirigió a Sasuke—. ¿Por qué no he conseguido el suero de Yagura? No es por eso por lo que estoy aquí y no tenemos tiempo para explicarlo. Ellos van a saber que eso falta dentro de poco. —Hubo una pausa rápida, luego me dio la espalda—. Y el plan en tu cabeza es una locura.

Yo había estado pensando sobre los orígenes, pero ahora estaba pensando en gatitos y zorritos bailando. Cualquier cosa para mantener a Shikamaru fuera de mi cabeza.

Él hizo una mueca. —¿En serio, chicos? —Dijo en un suspiro—. ¿Qué es exactamente lo que los dos esperan lograr? Su plan es una demencia y muy problemático.

—Eres un listillo —dijo Sasuke con los hombros rígidos—. Y no me gustas.

—Y a mí no me importa. —Shikamaru se volvió hacia mí—. Dame el LH-11.

Mis dedos se cerraron alrededor de él. —Por supuesto que no, ttebayou.

Sus ojos se estrecharon. —Está bien. Sé lo que ustedes están a punto de hacer. A pesar de que les advertí de que no lo hicieran, estás pensando en dejar libre al Show de los Monstruos, luego ¿qué? ¿Sólo caminar por ahí? Además del hecho de que no sabes cómo llegar a ese edificio, vas a necesitar tus manos y no vas a poder con la jeringa. Confía en mí.

OrígenesWhere stories live. Discover now