Capítulo 14: Ayuda de un demonio

579 63 49
                                    

[Dimensión 12: Donde Emil tiene una relación poliamorosa con Emma (su hermana) y Ray. Además de que Emil, tiene ciertas tendencias al sadismo.]

Abrió lentamente los ojos, encontrándose con un techo bastante elegante, a decir verdad, algo que no había visto en ningún otro sitio. Ni siquiera el refugio donde se reencontraron con Norman era así de elegante.

- Veo que despertaste.

Miró a su costado, encontrándose con una versión masculina de Emma, quien le miraba sonriente. ¿Dónde rayos estaban y qué estaba pasando?

- ¿Dónde estoy?

- En mi cuarto. – respondió con simpleza, pasándole un vaso con agua. Ray lo miró receloso, haciendo reír al pelirrojo. – Tranquilo, sólo es agua.

Ray tomó el vaso, bebiendo de este. Nada extraño sucedió.

- Por lo visto no eres de aquí, ¿De dónde vienes? – preguntó curioso, sin quitarle la mirada en ningún momento. Ray terminó toda el agua, suspirando, en verdad que lo necesitaba.

- Soy el Ray de la dimensión original... Y por lo visto, eres la versión masculina de mi amiga.

La sonrisa de Emil se volvió juguetona.

- ¿Tu amiga? ¿Seguro que no es algo más?

- Sí. – apretó el vaso, algo que no paso desapercibido por Emil, quien sólo lo miró con una sonrisa sarcástica.

- Oh Ray, no deberías mentirte y menos, tratar de mentirme. – se inclinó hacia él, sin llegar a invadir su espacio, con su sonrisa sarcástica. – Cosas te pasan estando con ella, y no me lo vas a negar... Si sólo lo aceptas, te sentirás mejor.

- ¿Por qué me dices todo esto?

- Porque me importas. – sonrió, sincero. Ray se sonrojó. – Además, sé que eso no es lo único que te aqueja, hay otra cosa más, ¿O me equivoco?

Se sentía expuesto, como si esos ojos esmeraldas pudieran ver a través de él. Emil le quitó el vaso, poniéndolo en la mesita de noche que estaba al lado de la cama.

- Puedes contarme si quieres, no te obligaré. – se levantó de la silla en la que estaba sentado, dirigiéndose a la puerta de la recámara. – Pero, te aconsejaría que no te guardases nada... O terminarás por explotar. – abrió la puerta, dispuesto a salir.

- Espera. – Emil se detuvo, pero incluso así, no se volteó a verlo. – Tú... tienes razón, yo... - suspiró, exasperado. Emil se volteó, caminando lentamente hasta él, sentándose a su lado en la cama, con una sonrisa.

- Te escucho.

- En una de las dimensiones en la que estuvimos... Yo asesiné a mis hermanos. – miraba sus manos, como si estas estuviesen cubiertas de sangre, recordando los gritos y como sus hermanos le reclamaban y lo cuestionaban por haber sido asesinado. – Ellos, me cuestionaban y me reclamaban, además de culparme. De hecho, casi me convierto en el Ray de esa dimensión.

Emil lo abrazó, acariciando sus cabellos con parsimonia, exaltándolo.

- Te entiendo, Ray. Sé lo que es vivir con cargas y remordimientos, incluso puedo decir que he cometido atrocidades y muchos pecados, los cuales nunca me serán perdonados... Aunque también, no me puedo arrepentir por ellos. – respondió con delicadeza, recordando todas las cosas que había hecho. Ray abrió los ojos, sorprendido. – Aunque tenemos dos opciones: Huir o avanzar. Aunque supongo que eso ya lo sabes, ¿verdad?

- ... Sinceramente, he estado huyendo todo este tiempo, incluso ahora.

- ¿Y qué harás? El sólo saberlo no sirve de nada si no haces nada.

- Esta vez, lo haré... No huiré más. – se separó de Emil, sonriéndole, siendo la sonrisa igualmente correspondida. Emil se encontraba orgulloso de esa joven versión de su amado.

Ray se levantó e iba a caminar hasta la puerta de aquel cuarto, cuando cayó de rodillas. Su respiración comenzó a tornarse pesada y la ropa comenzaba a hacerlo sentir incómodo, además de sentirse repentinamente acalorado; Emil sonrió, dirigiéndose a él, cargándolo para llevarlo a la cama. Ray comenzaba a sentirse sensible.

- ¿Qué fue... lo que hiciste? – Emil sonrió malicioso, posicionándose sobre Ray. Acarició su mejilla, mirándolo.

- Esa agua tenía afrodisíaco, lo cual sirve para aumentar el deseo sexual. – comenzó a desabotonarle aquella chaqueta, sin que Ray pudiese impedirlo. Le sonrió. – No debiste confiar en mí.

Ya decía él que aquel vaso con agua que le ofreció era muy sospechoso.

- Los menores de edad no me van, pero como eres Ray, serás la excepción~.

Estaba jodido.

...

- ¿Lo encontraste? – preguntó Emma a Norman, preocupada. Él negó.

- No sé si esta mansión es más grande que la de nuestra dimensión o es igual de grande. – comentó Norman, mirando el lugar. ¿Dónde rayos estaría Ray?

- Oh, ¿Así que ustedes son los amigos de Ray? – preguntó Emil, juguetón, mientras cargaba con Ray. Norman y Emma se acercaron al pelirrojo, quien terminaba de bajar las escaleras.

- ¡Ray! ¿Te encuentras bien?

- ¿Ray?

-Su amigo está bien, sólo se cayó. – mintió, con una sonrisa. Norman lo miró con sospecha; Emma cargó a Ray, quien sólo pudo soltar un suspiro del puro cansancio. Emil se despidió, al mismo tiempo que los tres chicos se iban por el vórtice que se había abierto bajo ellos.

Suspiró, tal vez se había pasado con él.

Nah, estará bien. – pensó, yéndose a su recámara a dormir. Resulta que Ray mordía fuerte con esos malditos caninos y además de que la espalda comenzaba a dolerle por los arañazos recibidos. – Tengo lo que merezco.

Y sin más, cerró la puerta de su habitación.

-Traumada Taisho

Vaya, sí que fue corto pero entretenido xd

Aquí haciendo Spam de la nueva historia jejejeje, sorry x'd

Viajando entre dimesiones [REN]Where stories live. Discover now