Capítulo 7

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Capítulo 7

La sonrisa infantil de Josh al ver que su tío había sido considerado una especie de pez gordo, no tardó en brillar en su rostro. Mucho menos, cuando él mismo se había considerado así, al momento de que le entregaba el anzuelo a Emily. Aquello se había convertido en una agradable anécdota que jamás podría olvidar.

Se quedaron a acompañar a la señorita O´Hara y a sus acompañantes un instante más y luego se despidieron. Ellos tenían aún más cosas que hacer aunque lo correcto sería decir que sentía admiración. La clase de admiración que a veces un niño siente por alguien como una maestra de primaria que aprecia su inteligencia. Sin embargo, su tío le había insistido en que deberían seguir con todo lo que habían pautado esa mañana.

Matthew observó a su querida amiga de la infancia y no necesitó que Adrianne o la misma Emily le explicaran lo que ellas se decían con la mirada. Sonrió un poco, al mismo instante en que movía la cabeza con incredulidad.

_ Cuando hay santos nuevos los viejos somos olvidados de inmediato._ comentó graciosamente, llamando la atención de Emily y de Adrianne.

_ ¿Por qué lo dices?_ le preguntó Adrianne, al mismo tiempo que lo miraba a los ojos, sonreía y cruzaba los brazos_. ¿No me dirás que ahora estás celoso?

_ ¿Podría tener el privilegio de ponerme celoso?_ sonrió con picardía. Alzó una ceja, hasta que abrazó con ternura a Adrianne_. Debería, pero sé que estaría de más. ¿Con qué al fin conozco quién le está robando el sueño a mi querida amiga Emily?... Duele ser el último en saberlo.

_ ¡Matthew!_ expresó Emily al sonrojarse_ ¡Por Dios! ¿Qué es lo que dices?

_ Soy muy perceptivo… Simplemente digo lo que veo…

_ El doctor Steven es sólo el tío de mi alumno…

_ ¿El doctor Steven?... Emily…_ le interrumpió al mirarla fijamente_. Te conozco desde que éramos niños. Pero respectaré tu silencio y el de mi querida esposa._ abrazó con ternura a Adrianne, al mismo tiempo en que besaba su frente_. Entiendo que son cosas de mujeres… Sólo quiero que recuerdes que si llegases a necesitar un consejo masculino: ¡Heme aquí!

Emily sonrió un poco, comprendiendo que ese era Matthew y jamás cambiaria. Siempre procurando preocuparse por los suyos. Y ellos además de ser muy buenos amigos, eran como hermanos no de sangre.

La mañana pronto le dio la bienvenida al mediodía. Matthew, Adrianne y Emily tomaron sus cosas, incluyendo lo que habían logrado pescar aquella mañana. Y se dispusieron a continuar su camino de regreso a la casa de Emily, donde estaba el pequeño Ronan Mclnerny. Su abuela política, la madre de Emily, había pedido ser quien lo cuidara esa mañana, mientras ellos iban de pesca.

Emily no había podido dejar de sentir desde el nacimiento de ese pequeño niño aquel vacío que le expresaba en silencio, cuanto ella deseaba algún día también ser madre. Quizás por ello, tiempo atrás, ella había decidido quedarse en Galway como maestra de primaria. Ella amaba aquel lugar y jamás se había visto en otro lugar, sino allí, formando su propia familia.

Pero a veces pensaba que simplemente eran sueños que no acoplaban con la realidad.

El doctor Steven Cunningham se lo recordaba al ver lo irreal que se habían convertido sus sentimientos hacia él. Ni siquiera lo conocía lo suficiente para sentir todo aquello, pero lo sentía y odiaba sentirlo porque era una especie de amor platónico y ella ya no era una adolescente para tenerlos.

Tú Puedes Salvarme (2do libro)Where stories live. Discover now