Sangre Uchiha: El viaje de Sakura y Sasuke

Capítulo 29: La Batalla Final

La aparición de la gigantesca babosa Katsuyu, derrumbó las paredes de piedra que recubrían la cueva en la que nos hallabamos. La brisa proveniente del aire claro que alfin nos envolvía, revitalizo nuestros pulmones. Nuestros ojos, por otro lado, no parecían contentos con los casi olvidados rayos de sol que ahora llegaban a ellos. Pero no era momento de nimiedades, era momento de luchar por mi Aldea, por mi familia, por Sasuke.

- Katsuyu. - Dije con firmeza en lo alto de la gigantesca criatura. Mientras veía a Karín, a mi lado, caer de agotamiento sobre el cuerpo de la babosa - Cuida de Karín. Llevála lejos. Encargate de que este bien.

Así un pequeño clon del gran insecto se desprendió de ella y cargó a Karín hasta que se perdió en las inmediaciones del bosque ¿Donde rayos estaba? Sólo se observaba a la distancia incontables árboles que se perdían a la vista. Seguramente, debiamos estar en algún punto cerca a la Aldea Uchiha, pero era difícil de saber. En todo caso, necesitaba un plan de ataque. Y pronto, pues mi enemigo ya debía saber del pequeño espectáculo que estaba llevando a cabo en su casa.

- ¡Sakura, Sakura!¡Por acá abajo, sí, acá!- Dijo una pequeña voz a la distancia. Y, por alguna razón, me resultaba inquietantemente familiar. Decidí ignorarla, pero continúo insistente.

- Mi señora.- Empezó Katsuyu con su suave y angélical voz.- Hay una pequeña criatura que desea verla. Tiene la banda de la Aldea de la Hoja.- Pero ¿Qué demo...

- Tráela.- Demandé.

Tras un pequeño momento, otro pequeño clon de la babosa se acercó a mi posición y sobre él se hallaba un pequeño perro de color marrón que, sí, conocía bastante bien.

- ¡Pakkun, amigo! ¿Qué estas haciendo acá?- grité mientras me abalanzaba a abrazar al animal. Quien no se hallaba muy entusiasmado a mis afectos.

- Te has perdido de muchas cosas, niña. Kakashi me envió con el resto de la manada desde hace un mes a buscarte. No está contento con esta aventura tuya y Sasuke. El nivel de amenaza ha subido a Clase S. Se ha mantenido como un secreto de suma seguridad en la Aldea. Naruto no lo sabe aún, pero está pronto a descubrirlo. No te preocupes, Kakashi y Sasuke ya vienen para acá.- Espera, espera ¿Qué? No entendía absolutamente. Mi mente se fragmentaba en miles de preguntas mientras intentaba mantener la guardia alta. Esto era, oficialmente, un desastre.

- Esto es imposible.- balbuceé.- ¿Sasuke fue a pedirle ayuda a Kakashi?

- Estuvo más de un mes intentando localizarte por su cuenta, pero estaba demasiado enceguecido que sus esfuerzos fueron infructuosos. Empezó a consumirse de nuevo en confusión y violencia mientras seguía falsas pistas hasta que al final hizo estragos en una Aldea aledaña a la Aldea escondida entre la Sombra. Kakashi fue informado por los demás Kages del pequeño desliz de Sasuke y fue personalmente a ponerle un alto. Allí, se dio cuenta que no estabas. Y Sasuke no tuvo de otra que confesar.

- Demonios...- susurré. Esta vez sí que lo habíamos estropeado en grande.

- Así es, y eso no es lo peor...

De repente, una gutural risa interrumpió la conversación. Al fin había llegado. Poco a poco, una gran bestia de clones empezó a crecer hasta llegar a la altura de Katsuyu y continuó con su risa mientras se acercaba amenazadoramente a nosotros. No estaba precisamente conciliador hoy. Y su enojada mirada me dió cuenta de que no estaba dispuesto a charlas. Sólo necesitaba poder darle un golpe en su punto debil: sus terribles ojos. Así, podría contrarrestar de una sola vez sus técnicas de Genjutsu y hacerlo certeramente. Pero ¿Cómo acercarme? Sakura, Sakura ¡Piensa!

- Pakkun.- exclamé con severidad.- Me encantaría quedarme a charlar pero, como ves, tenemos compañia. Ya cumpliste con tu misión, puedes retirarte.- Y el can en cuestión, se esfumó.