Sangre Uchiha: El viaje de Sakura y Sasuke

Capítulo 31: La Partida de Karin

Karin

Tras un par semanas, Sakura se había vuelto lo suficientemente fuerte como para alimentar a la prematura Sarada y cuidar de ella. Aunque, en ocasiones, su Chakra parecía desestabilizarse y tenía que ser monitoreada con cuidado para evitar cualquier complicación. Cada vez que esto pasaba, sin embargo, la constante compañia de Sasuke parecía revitalizar su estado y permitirle sortear estas dificultades con fácilidad. Se veían absurdamente bien juntos, aún más, parecían la pareja más imponente de toda Konoha. Habían enfrentado en menos de un año más peligros que muchas personas en toda su vida, y lucían tan apacibles como el mar tras una fuerte tormenta. Se acercaba el momento de marcharme... ¿A donde podría ir sin que su recuerdo me persiguiera?

- Karin, Karin, Karin.- rió una inigualable y oscura voz mientras se acercaba desde la oscuridad a la puerta de mi habitación a pocos metros respecto a la de Sakura. Ella dormía junto a la cuna de Sarada, pero Sasuke no estaba. Al parecer había tenido que atender un asunto urgente en la Aldea de la Hoja.

- Orochimaru.- Dije sin inmutarme a verlo. No me sorprendía su visita, pero aún así pregunté.- ¿Qué estas haciendo aquí?

- Escuche que el Uchiha al fin había tenido a su pequeño hijito.- empezó a decir mientras entraba y hojeaba las páginas y exámenes que le había hecho a Sakura días atrás.- Así que pensé en saludar al retoño de mi antiguo discípulo. Casi se podría decir que somos familia. - terminó de decir entre risas.

- Si te acercas a menos de un metro de Sakura o su hija, Sasuke te va a asesinar.- sentencié mientras le arrancaba las hojas de sus delgadas y pálidas manos.

- Oh, es cierto. La linda discípula de Tsunade.- enunció mientras paseaba su lengua de serpiente sobre sus labios. Y suspiraba con falsa frustración.- Como siempre, interfiriendo entre el Uchiha y yo. La hubieras visto en el Bosque de la Muerte en los Éxamenes Chunin... Yo que con tanto empeño intentaba que Sasuke consumiera la maldición y ella...

- ¡No me interesa lo que ella haya hecho!- Grité mientras me acercaba a Orochimaru. Había sido un golpe bajo recordar ese lugar.- ¿Crees que esto es una broma? ¿Crees que a Sasuke le importa lo que hayas hecho o no en la Guerra siquiera? Si tocas la puerta de ella él terminará el trabajo que no completó en un pasado.

- Oh, ya veo.- musitó Orochimaru.- Ella. Karin, mi pequeña y patética niña, te arde en las entrañas que el Uchiha no sólo te haya despreciado y utilizado, sino que no te hubiera elegido. Antes era por tu Chakra, ahora para que la cures a ella ¿Hasta donde llegará tu dignidad?

- ¡Cállate!- grité enfurecida. Sus venenosas palabras me atravesaban y contaminaban mis pensamientos ¿Era cierto lo que decía? Era cierto que Sasuke no había musitado una sola palabra de agradecimiento o disculpa en todo este tiempo, pero él no era así... ¿Acaso había sido tan estúpida?

- En todo caso- susurró mientras se alejaba y ojeaba otro puñado de papeles sobre una pequeña mesa de madera hasta volverlos a poner en su puesto.- No olvides que tú sabes algo que ellos no.- Y se marchó tan rápido como había llegado. 

Me senté en mi pequeña cama mientras intentaba ordenar, de nuevo, los papeles, y empecé a llorar amargas lágrimas. Había entregado mi vida a Sasuke, había arriesgado mi vida por él y, ahora, por Sakura. Incluso cuando veía cómo la miraba, cómo la recordaba, cómo la amaba, guardé la esperanza de que en algún momento sus atenciones se dirigieran a mí. Pensé que, quizás, si hacía tanto por él podría abrirme un espacio en su corazón. Pero nunca pasó. La única familia que Sasuke ahora conocida era Sakura, Naruto e, incluso, Kakashi. Yo nunca había entrado o entraría allí, yo no pertenezco en ese lugar. No conozco la ruta de acceso y el nunca me la dirá. Ahora toda la verdad me golpeaba con fuerza.