Desastre de Amor [Teddy & Lily]

05. El Traidor.

El cumpleaños de Lily había llegado, y por todo lo que le había estado platicando la chica, el heredero Malfoy le hablaba un poco más, pero no tenía muchas intenciones de dar un paso más en serio ni nada, así que estaba decidida a comentar algo al respecto, alentada por Alice, que le había dicho que si Scorpius no lo hacía, debería tomar iniciativa.

Ted no encontraba fallas en eso, a veces, era bueno que ellas dieran el primer paso, claro que no estaba tan seguro de querer que fuese Lily la que hablara de sentimientos con Scorpius Malfoy, pero intentar persuadirla sería hacer sonar las alarmas, tampoco quería que pensara que no era lo suficiente bonita o atractiva para Malfoy.

—Pensé que Neville pasaría su cumpleaños una vez más aquí –cambió de tema Ted.

—No, Alice y su madre tenían planeado algo para él desde hace meses, así que es posible que nos veamos hasta Septiembre.

—Tanto tiempo ¿segura de que planean una sorpresa y no un asesinato? –bromeó.

—Si fuese así, también sería sorpresa ¿no?

—Tienes razón.

El metamorfomago se recostó, colocando su cabeza en el regazo de la pelirroja, que de inmediato comenzó a acariciarle el cabello, mientras observaba con interés a lo lejos.

—No sé por qué la dejaste –murmuró, así que él entendió que en esa ocasión, a quien Lily observaba, era a Victoire.

—Es lo más sano por hacer cuando ya no quieres a una persona, al menos no de esa manera.

—Yo siempre he querido que seas parte de la familia, bueno, de manera oficial, legal como quieras llamarlo.

—Casarme con Vic no es la única manera –resolvió Ted, queriendo decirle que si ellos se casaban, también formaría parte de la familia, pero se quedó callado.

—Tienes razón –sonrió –tengo más primos –sonrió –puedes elegir, Louis, Hugo...

—Me temo que me gustan las mujeres, Lily.

—Ah, en ese caso tengo a Molly, no lo sé, no creo que quieras terminar en la misma familia, pero podría ser Dominique –se encogió de hombros –o Rose.

—Rose es demasiado sabelotodo para mí –sonrió.

—Oh vamos, Ted, nadie te creería que no estás a la altura de Rose, eres una biblioteca andante –lo despeinó aún más.

—Bueno, una cosa es creer saber algunas cosas y otra muy diferente saberlas.

—Ella sabe más que tú, no, no pienso creerte eso –negó.

—No lo hagas –le guiñó un ojo.

—Descartamos a Dominique entonces –suspiró –bien, sólo me queda Molly, aunque no te lleves muy bien con ella.

—No somos tan compatibles como... -se quedó callado, quería saber si ella se contaba entre las propuestas para que él fuese oficialmente de la familia.

—Con Vic –negó –lo sé, pero si ella no es tu felicidad, está bien, supongo.

—Gracias por la comprensión –observó a otro lado.

—Pronto llegará la chica que te vuelva completamente loco, porque eres divertido, pero aun piensas mucho las cosas.

—Mira quien lo dice –se burló Ted.

—Tienes razón, creo que es hora de dejar de pensar en las cosas que me asustan e ir por ellas, nunca se sabe cuándo podrían funcionar.

La voz de Hugo Weasley llegó hasta ellos, pidiendo por Ted para poder jugar algo que les quitara el aburrimiento, ella no opuso resistencia porque le quitaran a su amigo, sino más bien, se quedó ahí, pensando en todas sus posibilidades.