Desastre de Amor [Teddy & Lily]

08. Celos.

Rose Weasley había puesto al tanto de los avances que había logrado con Ted a Dominique, que en su cara denotaba toda la irritación que podía sentir, le otorgó una sonrisa hipócrita y se limitó a felicitarla, desvió la vista, para ver a Ted, que observaba a Lily Luna, con cierta nostalgia.

—Y ¿esos que se traen? –cuestionó a Rose.

—No sé –se encogió de hombros, sin dignarse a ver a los aludidos.

—Estás mintiendo, Rose Weasley –soltó frunciendo el ceño –esos dos están muy alejados últimamente, en realidad, desde el cumpleaños de Lily no veo que se hablen.

—Claro que se hablan –soltó divertida la hija mayor de Ron.

—Faltan tres días para que inicie el curso en Hogwarts, Lily en este momento tendría que estar berreando porque no quiere irse y no ver a Teddy hasta las vacaciones.

—Bueno, Dominique –habló un tanto exasperada –Lily ha cumplido los 17, es una adolescente y adulta, todo al mismo tiempo –informó –no quiero recordarte como estabas a esa edad ¿o sí?

—Cierto, aun así, esos dos están extraños.

La mirada de Rose se posó por fin en Ted, para después ver a Lily, que estaba sentada cerca del estanque, con las piernas flexionadas contra su pecho y sus brazos abrazándolas, tenía la barbilla recargada entre las rodillas; suponía que los dos estaban pasándola bastante mal, Dominique era su mejor amiga, sin importar que estuvieran compitiendo por el mismo chico, su prima era quien mejor la conocía, y si llegara a pasarle algo similar a lo que a Lily le había pasado con Ted, no quería saber cómo estaría emocionalmente o si pudiese mostrarse un poco de lo fuerte que Lily se dejaba ver.

—Me estás cambiando por Lily –se quejó Dominique, haciendo que Rose riera.

—No te estoy cambiando por ella, simplemente es mi prima y en estos momentos me necesita más que tú.

—Supongo que se siente incómoda por volver al colegio, con nueva ropa y uniforme, será la primera vez en años que Hogwarts la verá asistiendo con un uniforme a su talla.

—Dejaste escapar el chiste de una falda.

—En realidad no me interesa lo que use, mientras sea de su talla, así sea para un mago de tres años, pero que le quede a su tamaño –Rose rió.

Dominique se levantó, se limpió el pasto del trasero y fue hasta Ted, a quien rodeó del cuello, el metamorfomago le sonrió encantado y le sonrió, mejor de lo que alguna vez le había sonreído a Rose, tenía que ir haciéndose la idea de que la hermanita de Victoire había enamorado al novio de su hermana mayor, quizás sí había sido ella la razón por la que la perfecta Vic y Teddy habían terminado.

Rose levantó la vista cuando vio a su hermano acechar a Lily, y justo, cuando iba a gritarle que tuviera cuidado con él, Hugo sacó su varita y con un Expelliarmus, arrojó a Lily al estanque, asustando a los patos, que comenzaron a graznar y a lanzar picotazos en dirección a Lily, que había perdido su varita en el vuelo.

—Immobulus –gritó Teddy, paralizando a los patos, corrió en dirección de la pelirroja menor y estiró su mano hasta ella, que rechazó de un manotazo.

La risa de Hugo resonaba en el lugar, completamente divertido, Lily normalmente estaría igual que él y con o sin varita, se habría deshecho de los patos ella sola, el rechazo de Scorpius había roto todo dentro de Lily, y eso hizo enfurecer a Rose.

—X—

Scorpius y Albus reían divertidos, estaban acostados sobre el pasto detrás de la casa de Arthur y Molly Weasley, con el mediano de los Potter recostado en el pecho de su pareja, se estiró un poco y lo besó.