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Al decir eso, Harry actuó rápidamente y sin permiso, cargo a Draco hasta dejarlo en la pequeña cama que había.

Acomodo las almohadas para que este estuviera cómodo, fue un detalle que por supuesto Malfoy no lo dejo pasar.

Harry, por su parte, acarició los tobillos de su dragón hasta llegar a sus rodillas, separando sus piernas y metiendose entre estas, tomó el miembro ajeno, suspirando en este para luego meterlo a su boca.

El rey no sabía mucho de cómo hacer ese tipo de cosas, pero aún así intentaría imitar lo que hacía su rubio, seguiría sus instintos.

Lo metió lo más que pudo, procedió a acariciarlo con su lengua, disfrutando de los jadeos del menor, comenzó a bajar y subir intentando no rasparlo.

Entonces se le ocurrió una idea, al momento de que solo estuviera la base en su boca, lo mordería suavemente, solo lo presionaría.

—¡Aaaah! ¡N-No! —Jalo los cabellos de Harry cuando lo sintió, era fantástico.

Había presionado su ingle, haciéndolo llevar al extasis con muy poco, se irguió para después correrse.

Harry estaba manchado de la cara, y también tenía esencia en su boca, no sabía que hacer más que quedarse quieto, pero luego simplemente no lo pensó y se tragó la semilla de Draco, disfrutando de su exquisito sabor.

El rubio no podía pensar en que había hecho, estaba demasiado aturdido como para decir algo, sin embargo, el pelinegro ya se había bebido todo gustoso.

Se fijó en el cuerpo del rubio, observando que estaba temblando, y su polla estaba palpitando, sacando aún un poco de semen.

Potter obviamente, lo ayudaría a limpiarse, así que se volvió a adentrar entre las piernas, tomando el miembro y succionando solo la base, lamiéndola, provocándole un grandioso gemido a Draco, quien todavía seguía luchando por recuperar su aliento.

—Duraste muy poco, Dragón.

—No te creas tanto.—Murmuro intentando recuperar su aliento.

—¿Que quieres hacer ahora? Mi pequeño dragón.

A pesar de que Draco estaba viendo las estrellas, estaba muy molesto, porque Potter le preguntaba cosas y no lo dejaba disfrutar de su orgasmo.

Pero era lindo, aún cuando no lo dejaba respirar, era una sensación totalmente maravillosa, porque él seguía tratándolo como si fuera su primera vez.

Cosa que nadie hizo, ni siquiera cuando perdió la virginidad.

—No lo sé...

—Bien, yo tengo una idea.

—Tu tienes muchas ideas.

—Ya que te debo una cita, ¿Que tal si vamos?

—¿A estas horas de la madrugada?

—Mejor aún, no hay nadie.—Pero antes de que pudiera decir algo, Harry se quedó inmóvil mientras miraba un punto en la habitación.

—¿Qué pasa?

Y entonces se escuchó un pequeño chillido.—¡Una araña!

Draco iba a estallar en carcajadas, sino fuera porque el pelinegro agarró sus muslos y lo jalo hacia el, ocasionando que el paquete de Harry se juntara con la entrada del rubio, como si lo hubiera embestido.

Abrió los ojos como platos y se aguantó la respiración.

Potter no se dio cuenta de eso, estaba invadido por el miedo.—¡Mátala!

Cerró los ojos de inmediato y tomando una almohada, procedió a lanzarla contra el Rey.—¿¡Eres idiota!?

Ya separados, Draco se levantó de la cama mirando en todos lados para encontrar a la dichosa araña que tanto terror le tenía Potter.

—¡Ahí está!—Señaló en la pared, efectivamente, estaba una pequeña araña no más de tres centímetros.

Agarro el papel que yacía en su buró y la agarró con eso, abriendo la puerta dejándola salir en calma.

—¿Que no la vas a matar?

—¿Por que la mataría?

Killer QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora