3- Bielorrusia

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-- ¡Más vale que te retractes, Ucrania! --gritó enojada.

-- No tengo la culpa de que ni un hombre te quiera, y tampoco tengo la culpa de tener la razón --mencionó engreído.

-- ¡Hijo de-!

-- ¡Basta! --exclamó Rusia molesto-- ¡Ya dejen de pelear por estupideces! 

-- ¡Pero él empezó!

-- ¡No me importa quien haya empezado! Deja en paz a Ucrania.

-- Je --sonrió burlesco el bicolor.

-- P-pero el fué quien...--

-- Y tú Ucrania, vete a tu cuarto --mencionó mas tranquilo el de ushanka.

-- Ya veo porque solo has tenido a Canadá, el fue el único que se atrevió a estar contigo --soltó cual veneno la chica de bandera curiosa.

Ucrania giró la vista con una mueca de confusión hacia la persona que había dicho eso.

-- Digo, tú tampoco te quedas atrás, al menos yo no me enamoré de Alemania --dijó con intención de hacer llorar a su hermano.

Los ojos de Ucrania se llenaron de lágrimas, corrió y se encerró en su cuarto.

-- Bielorrusia, vete 

-- P-pero...

-- ¡Vete! 

Bielorrusia salió corriendo de el cuarto de hotel enojada; corría sin rumbo fijo, puesto que ella no tenía a ni un país que fuera su amigo y ni uno que estuviera dispuesta a ayudarla y a escucharla. Pero entonces, algo la detuvo, haciéndola caer y al parecer, también con el que chocó.

-- Auch...--murmuró adolorida.

-- L-lo siento mucho --se levantó y le extendió la mano-- ¿Bielorrusia? 

Su mirada se dirigió a aquel país tricolor-- ¿Italia?

-- A que la chingada --murmuró el latino-- No, soy México.

--Oh, hola México --tomó la mano de México y se levantó.

-- Siento haberte hecho caer, hoy ando un poco distraído --dijó tímido el mexicano.

-- N-no te preocupes, je --

-- Oye, ¿porqué estás llorando? --cuestionó el latino al ver las lágrimas bajar por las mejillas de la menor de estatura.

-- E-es que... reciéntemente tuve una pelea con Ucrania --contestó cabizbaja.

-- Oh, ¿necesitas a alguien con quien hablar? 

-- Pues sí, pero...--

-- ¿Pero...?

-- No tengo amigos --dijó y se abrazó al pensar que todas las palabras que dijo Ucrania anteriormente eran "ciertas".

-- N-no, espera, no llores --el tricolor abraza a Bielorrusia-- ya no llores, yo estoy dispuesto a escucharte.

-- ¿E-en serio? --se sentía confundida, ¿porque el latino querría escucharla?

-- ¡Claro! Vamos a mi depa o a un retaurante --

Bielorrusia no sabía si confiar en él o irse corriendo, pero el fue el único que la a tratado con tanta amabilidad, ¿porqué arrepentirse? Al entrar, se percató de que entraron a un "Starbucks", y no es que ella odiara el lugar, solo que le parecían exagerados los precios.

-- ¿10 dólares por un puto vaso de café? --pensó enojada, no había nada accesible por 5 dólares o menos.

-- ¿Qué quieres tú? --preguntó México ladeando la cabeza-- y no me vengas con "nada" o "un café"

-- Así me lo pones difícil...--soltó un suspiro-- el batido de chocolate.

-- Oki je --contestó alegre el tricolor-- tú vete a sentar, en un momento vuelvo --dijó y se fué dejando a Bielorrusia sola.

La de colores rojo, verde y blanco decidió sentarse a lado de una ventana, y esperó a que el emblema de águila llegara con los pedidos.

-- ¡Que vergüenza confundirlo con Italia! --susurró avergonzada tapándose la cara y cubriendo su sonrojo.

-- Vergüenza irle al América --dijó y dió un sorbo a su bebida.

-- ¡M-méxico! ¿C-cuándo llegaste? --

-- No sé, ¿cuándo mencionaste a Italia? --

-- No puede ser --susurró apenada.

-- Aww, que linda te ves sonrojada --

-- ¡N-no soy linda! --

-- ¡Y te ves muy kawai! --

--...¿Kawai? --

-- Debo dejar de usar palabras de Japón --dijó dando un trago a su bebida.

-- Sobre Ucrania...--

-- Ah sí, es cierto --su mirada se dirige a Bielorrusia-- ¿porqué se pelearon?

Suelta un suspiro-- Ucrania empezó a molestarme con el hecho de que no tengo amigos... ni novio...--

-- ¿Y tú crees que tiene razón? --

--...Sí --respondió cabizbaja.

-- ¡Por favor! Eres una chica que sabe resolver conflictos más rápido que ONU, ¿para que quieres a un novio que solo estorbe? ¡Tú no lo necesitas! --

--... ¿Tú crees? --preguntó dando el primer trago a su batido.

-- Te lo aseguro --

-- Pero Ucrania tiene razón, no tengo amigos...--

-- ¿Y yo que vergas soy? ¿Un cactus? --

-- ¿Qué? --

-- Nada nada --dijó negando con la cabeza-- Yo puedo ser tu amigo.

Bielorrusia se sorprendió ante el comentario de México, nunca nadie había mostrado tanto interés en la menor y eso le hacía sentir muy alegre.

-- Si tú quieres --respondió levantando la cabeza con una sonrisa.

-- Es más wey, ¡pidó ser tu compa pal cotorreo y los chismes! --

-- ¡Deja de hacer que me sonroje! --

-- Pero sí te ves muy tierna sonrojada --

-- ¡Me arden las mejillas! --

-- Okey, ya paro, humm... ¿te llevo a tu departamento? --

-- Si quieres, mejor amigo~

-- Pues vámos, mejor amiga~

-- Ya paro jeje --

-- Okey.

El latino pagó la cuenta y se retiró, dejando a Bielorrusia en la puerta de su departamento para así, terminar su día.

-- Fue tan lindo conmigo... nadie jamás me había tratado así --suspira con una sonrisa y entra el departamento, encontrándose con el de gorro de ushanka con una cara sería, algo enojada.

-- ¿A donde fuíste? --

-- Si no te importó hecharme de aquí, no debe importarte a donde fuí --contestó molesta dándole un trago a su malteada.

-- Que yo recuerde te fuíste sin dinero, ¿quién te la compró? --

-- Ya te eh dicho que no te incumbe --contestó levemente sonrojada al recordar todas las acciones de el mexicano.

-- ¿Quién llegó? --preguntó Ucrania asomándose desde su cuarto.

-- Mejor me voy --dijó molesta entrando a su habitación y cerrando la puerta.

Se tiró a la cama recordando cada uno de los gestos que tuvo aquel latinoamericano con ella. Se sonrojó y sonrió como boba mientras suspiraba lentamente.

Manera número 3- Bielorrusia

Demostrada
947 palabras.

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