20- Venezuela

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-- Y según las estadísticas, Rusia y México son los que más han ayudado a este país; más sin embargo, México a enviado más ayuda --dijó una chica, la capital de Venezuela, mientras caminaba con el ya mencionado país.

-- No jodas... casí ni le hablo --confesó Venezuela mientras llevaba su mano a su barbilla-- ¿porqué me ayudará?

-- Créame que no lo se --contestó Caracas-- Pero gracias a la ayuda, la inflación de dinero a disminuido: ahora, un peso mexicano equivale a 14,000 bolívares; aunque sigue siendo una cifra grande, es mejor que 132,000 bolívares. (*1)

-- En eso tienes razón; ¿debería agradecerle? --

-- Oh, ¡puedo ayudarle en eso! --dijó alegre Caracas-- Osea, no es por presumir, pero gracias a mí Tokio tuvo una relación con Pekín.

-- ¿Y eso de que me sirve? --

-- No se haga, no a cualquier país le llama la atención, además, si no es él, ¿quien será mi papá? --sonrío pícara dándole un codazo.

-- ¡Caracas! --

-- Hahaha --

-- Y no, no necesito esa clase de ayuda, gracias --dió media vuelta y se fué a paso apurado.

Caracas se quedo parada sonriendo mirando como Venezuela se hiba; ella bien lo sabía, su "padre" tendría conexión con México, juntarse con Tokio había dado frutos.

[...]

-- Mañana entonces --

Caracas había dado con el número de México con quien sabe quien y se lo había dado a Venezuela.

-- Em, ¡claro! ¿para qué dijiste que era?--

-- Tú solo espérame, marico --

-- Claro, ¡chao! --dijó y colgó.

La emoción recorrío el cuerpo de Venezuela por alguna razón, tenía muchas cosas que planear, buscar buenos temas de conversación, comida que puede invitarle.

[...]

Se encontraba sentado en la banca el venezolano esperando con nervios, y un poco de ansias, la llegada de México.

"¿Porqué no llegará? ¿Se le habrá hecho tarde? ¿Si quiera vendrá?" Eran algunas de las preguntas que recorrían la mente de Venezuela.

Un pensamiento lo hizo helarse por completo: él era el que tenía que pasar por México.

Salió corriendo, sin importar que era lo que dejaba atrás.
Llegó a una zona poco transitada, pues ahí se ubicaba la casa que México compró en Estados Unidos, pues la juntas eran mayormente ahí.
Golpeó la puerta y de ahí salió la capital de México.
¿Qué diablos hacía ahí?

-- ¿Eres ciudad de México? --

-- Simón, ¿tú eres Venezuela? --

-- Sí --

-- Okey --el estado tomo una gran bocanada de aire, giró si vista hacia el segundo piso y gritó-- ¡PA'!

-- ¡¿QUÉ?! --gritó México desde su cuarto.

-- ¡TE BUSCAN! --devolvió CDMX.

21 Formas De Enamorarse De México Donde viven las historias. Descúbrelo ahora