11- Estados Unidos

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Fin de una larga y estresante junta donde ONU sermoneó a México, China y Estados Unidos por su nivel de contaminación.
Aunque bueno, este último no prestaba atención, de hecho, le daba igual.

Salió sin esperar a Canadá y se puso a reflexionar mientras caminaba sin rumbo fijo. El clima era normal, nublado, pero no daba ningun indicio de que llovería. Aún así, el mantenía sus lentes de sol puestos todo el tiempo, pues -según él- lo hacían ver cool.

Se detuvo en un parque cercano de la cede para sentarse en una banca y mirar hacia el frente, buscando que la respuesta que tanto buscaba apareciese por si sola.

¿Porqué ama a México?

Y es que para muchas personas es fácil decir el porque aquella persona tiene control de sus sentimientos; pero no lo sabe.
Afirma que, al estar cerca del latino, le hace sentir que todo el mundo desaparece, que aunque los chistes que cuente sean de doble sentido y no les entienda, se ríe de ellos, siente su piel congelarse si este le abraza y siente que su estómago se revuelve cuando está cerca de él.
Tal vez recordar un poco sea la respuesta.

-- ¡Tú las traes, Trece Colonias! --exclamó la pequeña colonia española al tocar a su amigo y empezar a correr.

-- ¡Oye! ¡Te voy a alcanzar! --exclamó alegre su compañero.

Nueva España llevaba la delantera por un metro de distancia, riendo y mirando mayormente detrás suyo, asegurándose de que su amigo no lo alcanzace; se tropezó con una piedra de tamaño mediano, cayendo de cara contra un pequeño arbusto que -aumque no tuviese espinas- seguían siendo ramas.

-- ¡Nueva España! --gritó Trece Colonias, corriendo para ayudar a su amigo.

-- ¿Estas bien? ¿No te pasó nada grave?

-- N-no, pero...mi padre me matará --respondió murmurando mientras que con sus manitas cubría sus ojos.

Su padre era una persona fría, con la regla de "si lloras, te golpearé para que llores por algo".
Sabía que su amigo era muy sumiso ante el español, y no sabía porqué, pero debía hacer algo para que su amigo no llorara.

Recordó lo que su madre Francia hacia cada vez que su padre Gran Bretaña se miraba deprimido, tal vez eso ayudaría.

Con ambas manos tomó las mejillas de el de sangre azteca, levantando su mirada y haciendo contacto visual. Se acercó a él y comenzó a repartir besos por la cara de Nueva España.

-- ¿Q-qué pff haces? --preguntó sonrojado y riendo.

-- Esto lo hace mami Francia cuando papá se deprime, así que...pensé que te haría feliz a tí también --contestó apenado.

--...Tonto --respondió y, con las intenciones mas blancas del mundo, se acercó a su amigo para darle un beso en la mejilla.

Trece Colonias se movió un poco, haciendo que el beso que se supone sería en la mejilla terminara en sus labios.

Al darse cuenta de ese detalle, ambos se separaron completamente sonrojados y apenados, sintiendo cosquilleos en sus estómagos.

-- L-lo siento Trece Colonias --dijó cabizbajo.

Trece Colonias sonrió y depositó un beso dulce e inocente en la frente del menor.

-- Descuída.

-- ¿Porqué no me esperaste?

Movió su cabeza de un lado al otro, eliminando de su mente aquellas imágenes.
Suspiró dándose cuenta de que no estaba solo y, la mas importante, estaba sonriendo.

-- No hay razón --contestó mirando hacia el cielo, el cual comenzaba a teñirse de negro.

Manera número 11- Estados Unidos
Demostrada
572 palabras.

21 Formas De Enamorarse De México Where stories live. Discover now