Capítulo XII

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—¡Nosotros sólo intentábamos proteger Ciudad Gótica! ¿No, Sasha?

—¡Así es! —contestó su amiga— Aunque sigo sin entender por qué querías proteger Gótica si tú eres de Metropolis.

—¿Metropolis? —protestó Connie— ¡Batman es de Ciudad Gótica! ¡Tú eres de Metropolis por ser Superman!

—¡¿Superman?! ¡Que soy Batman! ¡Tú eres Superman!

—¡No, tú!

—¡Tú!

—¡Tú!

—¡Tú!

Connie y Sasha se encontraban en la oficina del director Erwin Smith. Ambos sentados en frente del director y los separaba un escritorio. Debían decirle su versión de lo sucedido.

—Bueno, bueno. Entonces, por buena, te dejaré ser Robin.

—¡¿Robin?!

—Eh, no te quejes. ¿Has visto tu estatura?

—¡Hey! —gritó furioso.

—Bueno, ya. Díganme qué sucedió —los detuvo Erwin—. ¿Quién dio el primer golpe?

Los dos amigos lo miraron.

—Mikasa —dijeron al unísono.

~?~

Mikasa, Armin, Hitch, Marlowe, Bertolt, Eren, Ilse, Annie, Isabel, Nifa, Petra, Historia y Thomas se encontraban en la sala de castigo a cargo de Mike Zacharius. La puerta se abrió, era Moblit Berner, el preceptor.

—Ilse Lagnar —llamó.

La mencionada se puso de pie, se dirigió hacia el hombre y cerraron la puerta después de salir.

—Genial, parecemos reclusos —se burló Annie.

—Silencio, Leonhart —la calló Mike.

Annie sonrió.

—Escuché que fuiste guardia de una prisión antiguamente. Entonces, ¿qué haces aquí? —siguió hablando la rubia.

—Una cárcel, una sala de castigo, son casi iguales. Me siento cómodo —dijo mientras se recostaba sobre la silla y estiraba sus piernas en el escritorio—. Anteriormente, trabajé en una cafetería. No funcionó.

Annie suspiró divertida.

—Haces un buen café, Mike.

Éste la miró confundido.

—Lo escucho de todos los profesores —continuó.

Mike asintió con desconfianza.

—Como sea, Leonhart. No me trate con tanta confianza, y haga silencio. No está en un recreo.

La puerta se volvió a abrir. Volvía a ser el preceptor para llamar a un alumno para decirle su versión de lo sucedido.

—Nifa.

La muchacha de levantó y se retiró como la otra alumna.

—Lo siento —susurró Armin, disculpándose con su amiga.

—No pasa nada, Armin —dijo Mikasa mientras sujetaba una bolsa de hielo a su mejilla—. Dreyse pega duro. Habrías salido más lastimado que yo, seguramente.

—¿Levi te esperará?

—Tal vez yo lo espere a él. Hoy se queda... trabajando... hasta un poco más tarde...

Mikasa odiaba usar la palabra "trabajo" en Levi. Era lo mismo que "acostarse con otras chicas".

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