━━ EPÍGRAFE

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Las banderas de guerra se podían observar en el horizonte

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Las banderas de guerra se podían observar en el horizonte.

La diosa del amor con la hija del sol se metió.

El dios del sol que amaba con todo el corazón el único pedazo vivo de su Miranda, prometió tomar venganza por su hija.

A su general envío, sin saber que el corazón del mismo estaba involucrado en la misión.

A la descendencia de la diosa busco y encontró. Pidió su ayuda, a cambio el dios le otorgó paz y protección para su amado

Mientras que la humana sufría en agonícos alaridos la partida de su amor.

La hija del sol sufría en silencio por la familia que perdió.

Mientras la guerra se avecinaba, un depredador silencioso observaba la movimientos de la hija del sol.

Sin embargo, los marcados por Artemisa que así mismo juraron proteger a los indefensos. Le dieron caza

El inocente, por fatídicas circunstancias se vio envuelto en un mundo del cual nunca quiso pertenecer.

La hija del sol con espada en mano se enfrentó a quienes querían hacer daño a su familia.

Demostrando lo feroz y peligrosa que podía llegar a ser.

El de ojos dorados de rodillas pidió perdón por el daño que había hecho.

Pero las heridas ya estaban hechas, sin nada que pudieras sellarlas.

Perdón pidió el corazón arrepentido.

Tiempo pidieron las heridas.

Mientras que la vidente auguraba grandes cosas para el soldado, también vio la oscuridad por venir.

Nada podían hacer para evitar el destino.

Tan solo resistir la tormenta
Y tal vez poco la flor de loto.

Florecer en oscuras y tenebrosas circunstancias.


Esto es lo que el Oráculo de Delfos puede ver, si las decisiones cambien la visión lo hace.

K I R A | CrepusculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora