K I R A | Crepusculo

→Eight

Capítulo dedicado a _saralhc_ tus comentarios me ayudan mucho gracias por ser como eres.

Miedo, temor. Aquella sensación asfixiante, desgarradoramente pertúrbate. El frio gélido que te recorre el cuerpo, el corazón latiendo a mil por segundo. Aquel miedo atroz de que aquello que amas tanto desaparezca en una tormenta de terrible oscuridad, tu alma abandona tu cuerpo. Tu mente te lleva a momentos felices aquellos momentos en donde desbordabas felicidad, tu corazón de alguna manera sabe que algo andaba mal. Ves los rostros de tus personas queridas y por sus expresiones sabes que algo no estaba bien.

Kira y Jace estaban acompañando a la vampira duendecilla. Obviamente tanto el General como la semidiosa iban armados hasta los dientes. Cuchillas escondidas por todo su cuerpo, armas distribuidas estratégicamente por todo el cuerpo. Ocultas entre la ropas de cuero ajustada, Kira no era estúpida sabía perfectamente que no solo se estaba enfrentado a la idiota mente suicida de su ex novio si no también a una guardia vampírica y aunque los vulturis temieran de los dioses y semidioses no subestimaría la arrogación de aquellos seres quienes se habían proclamado a sí mismo como los reyes.

Kira se sostuvo de la guantera del maravilloso auto que Jace conducía como un maniático — ¡Este auto es increíble! — Exclamo Jace con alegría, por supuesto que el General adoraría la velocidad — ¿Dónde conseguiste este auto Alice? Me conseguiré uno de estos.

—Lo encontré por ahí

Kira alzo un ceja — Supongo que no lo rentaste ¿verdad?

La vampira sonrió — Imagine que no se opondrían a que lo robara

— ¡Por supuesto que no Alice! — Jace acelero aún más — ¡Te acabas de ganar mi amor eterno Alice!

Kira miro por el retrovisor del auto y se quedó estática al ver la expresión de Alice. El miedo bañaba aquel rostro bello y frágil como la porcelana pero tan fuerte como los mismísimos diamantes o como las hojas y chuchillas que Hefesto fabricaba en su taller.

— ¿Qué ves Alice? — Pregunto Kira preocupada, tal vez algunas personas pensaran que después del daño que el estúpido vampirito causo en su corazón ella no sentiría ningún afecto por él. Aquello era una mentira, Kira amaba a Edward a pesar de todo el daño. Tal vez en algunos años lo perdonara y se volvieran amigos. Kira no podía dejarlo morir, la rubia no podría vivir sabiendo que pudo hacer algo y que por el rencor no lo hizo.

—Lo rechazaron — Kira jadeo — Va a dar un espectáculo mostrándose a los humanos — Kira maldigo en griego a la estúpida mente suicida del hadita

— ¿Cuándo?

—Esperara hasta el mediodía en su punto más alto — Kira suspiro — General tiene que conducir más rápido.

—Esta preciosura no da para más — Jace aun así piso el acelerador hasta el fondo

— ¡Ahí esta Vulterra! — Exclamo Kira — ¡Jace estas conduciendo como una abuela! ¡Acelérale más!