Capítulo 2

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26° Cumpleaños: Tomar una clase de karate

Lauren

Camila Maysen

Santa mierda

Camila Maysen estaba de pie en mi dojo.

-Hola, sensei.

-Hola -respondí automáticamente, apartando la atención de Camila para saludar a un estudiante mientras pasaba.

No pasó mucho tiempo antes que mi mirada vagara hacia Camila. Estaba parada congelada contra la pared, mirándome como si hubiera visto un fantasma.

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cinco años? La última vez que la había visto, había estado dormida en el sofá de su sala, temblando por la pesadilla que había llevado a su puerta. Y ahora estaba allí, vestida con ropa de gimnasia y esperando para tomar una clase de karate. Para tomar mi clase de karate

-Hola, Lauren. -Danny, un cinturón negro adolescente, me dio una palmada en el brazo mientras pasaba. Estaba parada en el camino de la gente yendo y viniendo a los vestuarios, mirando a Camila como una tonta. Esa mujer en un ángel.

-Hola, Danny.

Aparté mis ojos de ella otra vez y me deslicé a un lado. Cuando miré hacia
atrás, ella no se había movido. ¿Qué estaba pasando en su cabeza? ¿Estaba a punto de salir corriendo? Mi rostro probablemente desencadenó una embestida de malos recuerdos. Y yo parada allí, mirándola boquiabierta, probablemente no estaba ayudando.

Mierda. Forcé un pie delante del otro, dándole una ligera inclinación mientras desaparecía en el vestuario. Si todavía estaba en la sala de espera para cuando saliera, me sorprendería, pero diría hola. Quizás unos minutos le darían a ella, y a mí, la oportunidad de superar la sorpresa de estar en la misma habitación una vez más.

-Hola, Lauren sensei.

-Hola, muchachos. -Saludé a un par de los niños más pequeños en el camerino mientras se ataban los zapatos-. ¿Aprendieron algo nuevo hoy?

Los niños comenzaron a hablar sobre los nuevos golpes que habían aprendido en clase esta noche, aunque ninguno podía recordar los nombres japoneses. Los desconecté, dejando caer mi bolsa de lona en un banco y
pasándome una mano por el cabello.

Camila de Maysen.

¿Qué había estado haciendo estos últimos cinco años? ¿Qué había sido de
su vida? No la había vigilado después de esa horrible noche, pero ahora deseé
haberlo hecho.

Era tan impresionante ahora como lo había sido hace años.

Ondas sueltas de cabello largo y castaño. Piel tan perfecta y cremosa como el helado derretido. Para una castaña blanca, Camila no tenía las típicas pecas, solo unas pocas en el puente de su nariz. Y esos ojos castaños. Todavía inquietantemente hermosos, como habían sido en su porche. Nunca olvidaré el momento en que el fuego detrás de ellos se extinguió. Luego de la noticia de su esposo, vi que el fuego, la luz y el brillo desapareció por completo de sus bellos ojos.

-¡Adiós, sensei!

-Adiós -dije mientras los niños salían por la puerta. Afortunadamente no habían dicho nada importante porque no había registrado una palabra de lo que habían dicho.

Mierda.

Camila Maysen.

Me encontraba con gente del pasado todo el tiempo, pero ninguno de ellos me había sorprendido tanto. Y si no me controlaba, estaría tropezando conmigo
misma en clase.

Lista de cumpleaños ~ Camren (Lauren G!P)Where stories live. Discover now