Capítulo 18

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33° Cumpleaños: Arrojarle una bebida al rostro de alguien

Camila

—¿Estás listo? —le pregunté a Finn.

Puso los ojos en blanco.

—¿Alguna vez alguien está listo para que le arrojen agua en la cara?

—Está bien. Aquí vamos.

Con un movimiento de mi muñeca, arrojé el agua en mi vaso en el rostro
de mi hermano. Frunció el ceño, parpadeando antes de agarrar la toalla de la mesa de la cocina.

Detrás de mí, Dinah silenciosamente me pasó otro vaso de agua. En el momento en que la toalla cayó del rostro de Finn, le arrojé el segundo vaso.

—¡Oye! —gritó, escupiendo el agua de su boca—. ¿Por qué fue eso?

Sonreí, contenta que mi ataque secreto hubiera funcionado.

—Eso fue por llamar a mi amor para que me sacara de la cárcel.

Finn negó y volvió a tomar la toalla. Había pasado una semana desde que estuve tras las rejas, algo que no quería repetir nunca. Había estado hecha un manojo de nervios todo el tiempo, preguntándome qué haría el juez para castigarnos a Jimmy y a mí, y cuando
llegué al juzgado esta mañana, ni siquiera el toque de mi novia pudo calmar mi ansiedad.

—Deberías estar contenta porque llamara a Lauren. —Finn arrojó la toalla—. Si no te hubiera convencido a ti y a Jimmy de no cometer perjurio, las cosas hubieran salido mucho peor.

Me burlé.

—Nunca habría permitido que Jimmy asumiera la culpa.

No importaba lo que Jimmy hubiera querido, siempre había planeado decir la verdad y declararme culpable, algo más que no quería repetir nunca. Nunca en mi vida me había sentido más humillada que esta mañana mientras estuve de pie frente a un juez y admití haber activado una alarma de incendio, todo porque estaba tratando de honrar la lista de cumpleaños de mi difunto esposo.

—Ya terminó. —Dinah me dio una palmadita en el hombro—. Pagaste la
multa y tachaste el punto de la lista. Alarma de incendio —hizo una marca de verificación en el aire—, listo.

Después de la audiencia, Lauren regresó a la estación mientras Jimmy y yo habíamos esperado para pagar nuestras multas. Le entregué un cheque de dos mil dólares al empleado del juzgado, y luego llevé a Jimmy de regreso a The Rainbow. En el momento en que volví al restaurante, saqué el diario y lo taché de la lista. Sin lágrimas. Sin una punzada de tristeza o anhelo. Solo una mueca seguida por pura alegría porque nunca más planearía un crimen.

—No más delitos menores, ¿de acuerdo? —preguntó Finn.

—Lo prometo. —Puse la mano sobre mi corazón—. Gracias por dejarme arrojar agua en tu cara. Me alegra saber que mi hermano está aquí para apoyarme cuando mis amigos me defraudaron.

Le lancé una exagerada mirada asesina a Dinah, pero ella se rio.

—Algunos de nosotros necesitamos maquillaje para llegar al final del día.

Le había suplicado a Dinah que me dejara hacerlo, pero se negó, alegando que su rímel y base no serían víctimas de la lista de cumpleaños de Jamie. Así que cuando Finn entró con la cara limpia y el estómago vacío, le di un almuerzo gratis a cambio de su ayuda.

—Bueno. Será mejor que regrese al trabajo. —Finn se acercó a la mesa y
me dio un abrazo. Luego le sonrió a Dinah—. ¿Te veo esta noche?

Lista de cumpleaños ~ Camren (Lauren G!P)Where stories live. Discover now