5. Demonios.

1.8K 149 24
                                    

Capítulo 5: Demonios.

Jane P.O.V:

— Gracias por haberme invitado Tom.

Tom frunció el ceño.

— No recuerdo haberlo hecho, cuando voltee ya estabas a un lado mío.

— Soy Harrison, lamento que estos idiotas no nos hayan presentado.

— Jane Carter — Sonreí tomando la mano de Harrison que segundos antes había extendido hacia mí.

Estábamos en el centro de Kingston, dentro de un restaurante llamado "Nando's", los Holland suelen venir aquí seguido, y aparte de estar refugiándonos de la tormenta que se había venido, estaba dentro de su itinerario de los lugares especiales para ellos que querían que conociera.

Nos sentamos en una mesa al fondo, cerca de un ventanal en donde observamos como las calles de Kingston eran golpeadas fuertemente por las gotas de agua que caían una tras otra.

Estábamos algo empapados, cuando empezaron a caer las primeras gotas de agua no tomamos importancia alguna, hasta que estas se intensificaron en un segundo, haciendo que todos corriéramos hasta el restaurante lo más rápido para evitar terminar con un resfriado.

Los chicos me habían traído de arriba a abajo, lo que me tenía algo abrumada y cansada, toda la mañana había sido "¡Jane mira esto!", "Peggy", "¡Sam bájate de ahí!","¿Que hace Harrison Aquí?", "¡Lenguaje Harry!", "El centro es en esta dirección", "Tengo Hambre".

Temí por un segundo que pudiera partirme en dos, porque si no me jalaba Sam de un brazo, lo hacía Paddy del otro, o Tom, a excepción de Harry y el Chico Rubio que ahora se su nombre, Harrison.

— Te empapaste mucho Jane?— Harry se encontraba a un costado mío, frente a nosotros estaban Tom y Harrison, y a los extremos Sam y Paddy. Todos se habían cambiado ya que traían una chaqueta extra en la mochila que cargaba Tom, todos a excepción de mi claro, que solo había alcanzado a tomar mi teléfono y algo de dinero que había guardado en la funda de este.

— Estoy bien — Por supuesto que estaba empapada de pies a cabeza, pero si le decía que si a Harry, seguro me regañaría y me diría que me quitara la hoodie, cosa que no haría ya que solo traía una delgada blusa de tirantes debajo que seguro ahora era transparente.

No me iba a quitar la hoddie enfrente de todos.

— No nos hubiéramos empapado si alguien no hubiera sacado el paraguas que traíamos para meter su termo de Spiderman —Harrison miro de reojo a Tom.

— Que dijiste idiota?

— Su. Termo. De. Spiderman. —Recalcó Harrison.

— Pero cuando llegaste sin previo aviso y dijiste: Tom, me darías algo de agua? Y dije: "Claro, Harrison, eres mi mejor amigo y no dejare que mueras de sed", no te quejaste nada verdad?

— No dijiste eso, le preguntaste qué hacía aquí. — Dijo Paddy.

— Y me dijiste que no.

— Y Harrison tomo agua de todas maneras. —Dijo Harry.

— Ya cásense —Dijo Sam.

Miraba como los chicos discutían mientras pensaba en que hacer, no quería pescar un resfriado, pero tampoco quería causarles molestias a los chicos a causa de una queja de mi parte, podía quitarme mi Hoddie y secarla en el baño con esas máquinas que lanzan aire para secar las manos, tardaría un rato, pero al menos tendría algo de privacidad, estaría seca, no me enfermaría y si tenía suerte, los seguiría viendo discutir.

Era divertido.

Antes de que pudiera ir sigilosamente al baño, Sam se había quitado su chaqueta de mezclilla, y la extendió hacia mi, quedando solo en una camisa blanca.

— Póntela. Y no acepto un no por repuesta.

— Pero Sam...

— Tampoco aceptó peros, estaré bien. No quiero que pesques un resfriado.

Sonreí tímida ante el gesto noble de Sam y corrí hacia el sanitario de chicas antes de que los chicos se mataran entre sí. Me quite mi hoddie empapada, y me coloqué la chaqueta de Sam, álcenos ya sabia que no estaba del todo empapada, y a pesar de que Sam estuviera delgado, su chaqueta me quedaba algo grande, pero estaba bien, no había notado que era la chaqueta que uso Sam la primera vez que lo vi hasta que vi mi reflejo en el espejo, era una chaqueta de mezclilla negra, simple, pero era de Sam.

Me hacía sentir especial de alguna manera.

Una vez que regrese a la mesa, gracias al cielo los chicos habían ordenado algo de comer ya que todos morirían de hambre y decían que si eso pasaba tendrían que dejar hacer su testamento y dejar su nada a alguien.

Tome asiento, toque el hombro de Sam llamando su atención.

—Gracias Sam —Sonreí sin mostrar los dientes a lo que Sam respondió guiñando un ojo a mi dirección.

Mientras esperábamos que nuestra orden llegara a la mesa, los chicos comenzaron a hablar de fútbol, aunque no entendiera de lo que hablaban, me integraban a la conversación, tratando de persuadirme del por qué sus equipos eran de los mejores.

(...)

— ¿Has hablado con tu familia?

Habíamos salido del restaurante, una vez que la lluvia se había detenido, Harrison sugirió ir a un Arcade, en donde tenían un montón de juegos y además, se podía jugar a los bolos, no se encontraban muy lejos de donde estábamos, así que todos gustosos aceptamos.

Ahora venia caminando junto a Sam, a diferencia de Harry, con Sam había hablado un poco más a solas, pero nada realmente importante, eran cosas como "¿Que te pareció la cena?", "Peggy ¿Me ayudas con esto?" O "Ignora los chistes de papá." Nada realmente importante a mi parecer, veníamos un poco alejados de Paddy, Tom, Harrison y Harry que iban delante nuestro hablando y riendo de algo que ni Sam y yo alcanzamos a escuchar.

—Hable con mi madre la noche que llegue.

Eso era lo mejor que podía ser. Me gustaría poder decirle algo más a Sam, pero mi falta de confianza hacia que me limitara a contarle lo necesario.

— Se que es difícil estar muy lejos de casa y de tu familia Peggy —Sam detuvo su paso y me miró — A pesar de que estas aquí por voluntad propia, debes extrañar San Francisco que es tu hogar...

... Espero un día que puedas llamar a Kingston y a nosotros tu hogar también.

Eso... eso me había sorprendido por completo.

Y sin pensarlo abracé a Sam, se sobresaltó un poco y al instante correspondió mi abrazo algo torpe, ahogando en ese abrazo todo lo que quería pero no podía decir.

— ¡Vamos!—Dijo separándose de mi con sus mejillas sonrojadas— ¡El que llegue al último será una calabaza podrida!

Sam tomo mi mano y nos echamos a correr, y por consecuente, los demás corrieron detrás de nosotros.

Esa noche, después de los bolos, en casa y cuando los chicos dormían, como si fuera una especie de protección, tomé las sabanas y me cubrí hasta la cabeza, y lágrimas desbordaron de mis ojos, deslizándose por mi mejilla mientras apretaba mi labio para evitar soltar un sollozo.

Comenzaba a odiarme por no poder ser totalmente honesta con ellos, odiaba mentirles en cierta manera.

Y odiaba más el ni siquiera querer intentarlo.

Porque a pesar de estar miles y miles de kilómetros de San Francisco.

Sus demonios me perseguían a donde fuera.

Y temía que nunca me fueran a dejar en paz.

————————————————————
Capítulo Actualizado:)

— Naye <3

TWINS || The Holland BrothersΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα