CAPÍTULO III

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Era un día tormentoso y muy frío, Aron estaba esperando a Celestia para entrenar como habían quedado pero al ver tal lluvia creyó que ella sería incapaz de ir hasta ahí, sin embargo, su espera continuo era un hombre muy paciente. El agua helada que caía sobre su ropa no parecía afectarle en nada, su cuerpo ya se por si estaba muy frío. Camino hasta la puerta de su casa y cuando se disponía a entrar vio a lo lejos una silueta la cual al ver se dio cuenta inmediatamente que era celestia así que se quedó.

—Hola Aron, que fuerte lluvia verdad, bueno de todas formas un trato es un trato debo entrenar así sea que esté cayendo lava del cielo debo mejorar para poder acompañarte y serte de ayuda.—parecia tan decidida, Aron nunca la había visto como tal de cierta forma le agradaba su actitud.

—Me gusta tu actitud, empecemos con algo básico que preparé para ti, busca esa espada.—Señalando con su dedo hacia el árbol donde la espada estaba claramente incrustada.

—Pero Aron la espada esta incrustada ¿como se supone que la sacaré?.—pregunto Celestia totalmente dándose cuenta que no le sería nada fácil sacarla.

—No quiero preguntas, ni protestas yo te enseño y tu lo intentas acá vienes a aprender no a protestar, quiero que empieces con esto que si te enfocas y lo analizas bien no es nada difícil.—muy serio Aron como de costumbre dejándole las cosas muy en claro a Celestia.

Celestia se dispuso a tratar de sacarla. La agarró con sus dos manos bajo esa lluvia torrencial y claramente con el mango mojado solo logro que sus manos se resbalaran. Lo intentaba y lo intentaba se la veía frustrada así que a Aron sabiendo que iban a estar todo el día así si no hacía algo se le ocurrió una idea.

—Celestia detente ahí, ya no lo intentes se nota que no lo lograrás, mejor ve por está.—lanzo su espada con toda su fuerza hacia una dirección bastante lejana— Muy bien debes encontrarla ahora no vuelvas hasta que lo hayas encontrado.—parecía muy decidido de entrenarla de una manera dura. Había mucha nieve, la lluvia era muy fuerte y eso dificultaría caminar sería un esfuerzo físico extenuante claramente él bien lo sabía. Ella no protesto y con endereza salió dispuesta a buscar esa espada, mientras claro Aron se quedó sentado en la lluvia torrencial sabiendo que ponía en peligro el físico de Celestia pero no le importaba quería probarla haber de que estaba echa.

—Espadita te estoy buscando aparece rápido por favor.— se la veía preocupada, igualmente, ella camino en la lluvia torrencial por los árboles de la montaña nevada buscando y buscando sin parar la espada, cuando por detrás de ella sin que se lo esperara apareció un ogro gigante ella se quedó inmóvil para tratar de que nada le hiciera hasta que un poco de baba de la boca de esa horrible bestia cayó en la cara de Celestia.

—¡¡¡¡Aaaaroon!!!!—grito tan fuerte que cualquiera en kilometros la hubiera escuchado y efectivamente Aron la escucho en ese instante salió corriendo disparado como un rayo entendiendo que Celestia se encontraba en peligro. Cuando llego vio a Celestia tirada en el piso parecía desmayada y el ogro estaba muy cerca de ella.

—¡¡Maldito agro ven aquí!!—grito Aron desafiante desenvainando su espada segunda la cual no sacaba muy regularmente. Dicha arma quedaba muy pequeña ante terrible bestia pero no le daba miedo cualquier otro hubiera huido como un cobarde pero él podía ser cualquiera cosa menos eso.

—Megszakitom a darabokat, és aztán élvezni fogom a gyönyörű testét (te voy a hacer pedazos, y luego disfrutare de su hermoso cuerpo)-Contesto el ogro al verlo tratando de influirme miedo arremetió corriendo contra Aron con su mazo gigante el cual cargaba en su espalda.

—Tendrá que intentarlo en su próxima vida, porque está se le acabo ahora mismo.— Respondió Aron de la misma forma arremetiendo rápidamente contra el ogro el cual se disponía atacar con dicho mazo pero justo del pecho de Aron emergió nuevamente una luz que enceguecio a el ogro e hizo que fallara su ataque y de repente Aron se encontraba sosteniendo un escudo y una espadas echas totalmente de hielo, se encontraba totalmente sorprendido no lo podía creer pero no era tiempo de prestarle tanta atención a eso se plantó firme ante el feo monstruo que aún le era esquivo recuperar la vista.

Aron y Las Gemas Del CorazónWhere stories live. Discover now