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Yamileth entró a la recámara y, al verlo acostado, se acercó y le llamó, haciendo que él se sentara en la cama sin mirarla. Le dolía ver a Taehyung roto, con los ojos desvaídos y llenos de lágrimas. Se sentía la persona más horrible del mundo por hacer llorar a la persona más maravillosa del mundo, por haberlo engañado y hacer desaparecer esa hermosa sonrisa que tanto le gustaba ver. Se sentía una mierda y con mucha razón. Ella había dejado de lado al carrusel por una montaña rusa que al final terminó desmoronándose.

— Si te molesta... dime — dijo ella antes de pasar el algodón por la boca de Taehyung y él sólo asintió.

Yamileth limpió con delicadeza el labio de su novio, cambió de algodón y comenzó a limpiar la herida que tenía en la ceja. Taehyung no se quejó en ningún momento, se había quedando mirando a un punto fijo, perdiéndose en su mente, como si eso fuera a solucionar algo. Bufó al darse cuenta que era muy estúpido mirar a un punto fijo porque esa maldita puerta no le estaba diciendo nada y no le diría nada nunca, así que volteó hacia otro lado, justo a donde no quería mirar, justo a esos ojos que lo cautivaban y que ahora no podía odiar, pero quería hacerlo. Esos ojos cafés que lo miraban con dolor y pedían perdón. Esos ojos que dejaron de mirarlo y comenzaron a ver a alguien más. Unos hermosos ojos que ahora estaban llorando.

— Ya está — Yamileth limpió sus mejillas rápidamente y se levantó para ir a tirar los algodones sucios y dejar el desinfectante que había utilizado en su lugar, pero una mano que se aferró a su brazo la detuvo.

— Podemos hablar ahora — pronunció en voz baja, Taheyung.

— Sólo iré a tirar esto — quizo evitar hablar por ahora.

— Los algodones no tienen urgencia en ir a la basura, Yamileth — al escuchar eso, pudo imaginar cómo sería si no estuvieran en esa situación. Pudo imaginar cómo estarían riendo por esa oración, pero ahora nadie reía.

— Bien — dejó lo que traía en las manos en el suelo y se sentó en la cama, sin decir nada más.

— ¿Qué es lo que pasa ahora? — volteó a verla — ¿Terminamos? ¿Lloramos y nos perdonamos para tratar de seguir o... — pausó un momento y sonrió, como si eso fuera posible, pero quería que lo fuera, aún quería que fuera posible volver a ser los mismos de antes, aunque sabía muy bien que las cosas no funcionaban así. Tomó aire antes de continuar su pregunta y lo exhaló lentamente —, para de igual forma, terminar? — preguntó y ella, con la mirada gacha, alzó los hombros. No tenía la respuesta, no la sabía.

Taehyung asintió y soltó un grito catártico, dejándose caer de espaldas en su cama. Ella se quedó un momento mirándolo, viendo los algodones en el suelo, después sus manos y finalmente rindiéndose a hacer lo mismo. Se dejó caer sobre la cama y ambos miraron el techo en silencio. Nadie dijo nada por minutos, querían permanecer así, con esa calma, sin sentirse incómodos y que todo estuviera intacto, sin romperse, pero ese silencio no podría durar para siempre.

— Siempre creí que debíamos cambiar de lámpara — dijo ella rompiendo con el silencio.

— Compramos una — Taehyung le recordó —, pero no nos gustó cómo se veía y quedó abandonada en el armario. Está en la parte de arriba.

— ¿Deberíamos intentarlo de nuevo? — volteó a verlo.

— No creo que cambie en algo — contestó mirándola por igual.

— Hay que intentar — se levantó y se dirigió al armario, buscó dónde podía subirse para poder alcanzar la lámpara y bajarla. Una vez que la tenía en sus manos, volvió con Taehyung y se la dio para que la cambiara. Cuando la terminó de poner, ambos se volvieron a acostar y la miraron.

— Definitivamente debe permanecer en el armario — aseguró ella.

— Deja que tenga sus últimos minutos puesta — dijo él y sin dejar de mirar la lámpara, buscó la mano de Yamileth y la tomó —. Estará encerrada por muchos años.

— Entonces dejémosla puesta por un par de años — movió su mano para entrelazarla con la de Taehyung.

Aún no tenían decidido lo que pasaría con su relación, lo único que querían era mantenerse en calma, como lo estaban haciendo. Querían disfrutar de ese momento en el que ambos estaban bien solos, ese momento en el que podían sostener sus manos y no pensar en todo lo que había pasado, al día siguiente podrían hablarlo y saber si sería el final, pero hoy no. Hoy permanecerían juntos, disfrutando la compañía de cada uno sin ningún tercero afectando sus sentimientos.

 Hoy permanecerían juntos, disfrutando la compañía de cada uno sin ningún tercero afectando sus sentimientos

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🤧 Ya la voy a terminar 😭

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Polos Sin Opuesto | COMPLETA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora