Spideychelle ♡ Amor Joven

Hogar 2/2

Michelle

Cuando terminamos de desayunar las riquisimas donas y café, Jenn me dice que me llevara a nuestra nueva casa.

Luego de lo sucedido con mi padre mi tía Camila nos pidió, casi suplicando, que vayamos a vivir con ella y Jenn sin dudar lo aceptó. Yo al estar inconsciente en el hospital no pude decidir nada pero era obvio que a esa casa que antes llamé hogar no volvería.

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Cuando llegamos mi hermana me comunica que me dejará sola por un momento y que vendrá lo más rápido que pueda. Antes de irse me muestra mi habitación y demás partes de la casa, se despide rápido y se va.

Vuelvo a mi nuevo cuarto me habían dicho que este iba hacer el cuarto de la hija de Camila, la cual falleció al momento de nacer razón por la cual mi tía nunca más quiso volver a intentar ser madre. Ella decía que Jennifer y yo éramos sus sobrinas lo que nos convertía en casi unas hijas para ella, siempre estuvo para nosotras, como con mi madre.

Para mi hermana ella fue el sostén que la mantuvo viva cuando mi mamá murió. Siendo Camila la que se encargó de todo mientras mi padre se ahogaba en el alcohol.

Por un momento me entristece ser yo quien ahora usará esta habitación, pero sé que Camila así lo decidió, me he repetido ciento de veces que tengo que estar agradecida por esto y por todo lo que hizo y sigue haciendo por nosotras.

Ya sacando eso de mi mente tomó un libro del estante y me dirigo fuera del departamento. Ahora vivimos en un edificio el cuál conozco muy bien por las veces que venía con mi madre, mientras ella y Camila se quedaban hablando por horas en una de esas tantas visitas que le hacíamos, yo recorría cada lugar del edificio.

Hubo un lugar en específico al cuál siempre me dirigía cuando me cansaba de escucharlas parlotear.

La azotea. Recuerdo el día que encontré la puerta que lleva a las escaleras que dan lugar a lo alto del edificio, es imposible olvidar lo contenta que fui aquél día cuando estuve allí, me encantó. Estar tan alto, la brisa del viento y la vista de la ciudad hicieron de aquel insignificante lugar uno de mis favoritos, es por eso que ahora es donde me dirijo.

Cuando estoy subiendo las escaleras me detengo para mandarle un mensaje a Jenn y comentarle que estoy en la azotea para que cuando llegue me avise así bajo y no se asuste porque no me encuentra.

No está en línea pero sé que lo leerá antes de que llegue a casa.

Ya arriba y al aire libre admiró la hermosa vista de la ciudad. He vivido toda mi vida aquí y es el único lugar de toda la ciudad que realmente me gusta.

Me acerco un poco al borde de la azotea, la barandilla tiene una altura que traspasa mi cintura, me acercó un poco más y miro para abajo pero me alejo rápido porque me asusta un poco la altura. Cierro los ojos y retiro profundo, definitivamente será un lugar donde pondré escapar del mundo por unas horas.

Me acomodo a leer en un banco que hay ahí y abro el libro.

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Siento que mi celular vibra en mi bolsillo, lo miro y es un mensaje de Jenn diciendo que está por llegar y que baje de la azotea para salir a comer. Cuando estoy por guardar el celular me fijo la hora y me doy cuenta que fueron solo unos minutos de lectura, en realidad habían pasado dos horas. Aquí arriba el tiempo pasa volando.

Cuando ya estoy frente de la puerta y la estoy por abrir escucho el ascensor y dirigo mi vista para ver si sale mi hermana, lo hace. Cuando me ve me dice.